#23. ¿Qué está pasando?

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~Minnie~

Desperté por los rayos del sol que entraban por la ventana que estaba a un costado.
Me levanté al no sentir a James a mi lado. Supuse que había ido a algún lado, me levanté y antes de adentrarme al baño, miré que en la mesita había una pequeña maleta negra, con una nota.
Tomé la nota y comencé a leerla.


Buen día mi niña.
Espero que hayas dormido muy bien.
Aquí, te dejo esta pequeña maleta con algo de ropa, ponte lo que quieras, se que con cualquier cosa, te verás hermosa. Más de lo que ya eres.
Salí por unos pendientes, espero no tardar. En la cocina, hay para que prepares lo que quieras.

Att: James Morgan.

Solté una pequeña sonrisa al leer aquella carta. Sentía una emoción nueva que, no sabía como describirla.
Fui al baño lavé mi cara. Decidí no ducharme, ya que lo hice una noche antes. Sería muy pronto para hacerlo.

Coloqué la maleta en la cama y la abrí. Encontré varías prendas: vestidos, blusas, vaqueros y calzado. Creí que se le había olvidado traer ropa interior, pero no fue así, después de sacar algo de prendas, me encontré con la ropa interior. Yo seguía con la playera de James. Opté por unos vaqueros de vestir negros, una blusa básica negra que llega al nivel de los vaqueros, claro, busqué algo de ropa interior que, por suerte, encontré de color negra y de encaje, algo sexy. Entre los zapatos, encontré unos converse negros a mi medida. La noche anterior, había tejido mi cabello en dos trenzas, al momento de soltarlo, estaba acomodado, solo coloqué algo de agua para controlarlos un poco.

Había loción y cremas en la maleta.
No tuve que ponerme maquillaje, porque no había. En fin, me gusta andar natural. Me miré al espejo y salí de la habitación, sin antes acomodar la cama y las maletas.

Me dirigí a la cocina, donde había una pequeña sala.
Abrí la nevera y comencé a preparar algo para desayunar.
Me preparé un platito de yogur griego con granola y unas cuantas fresas arriba. Me senté en la sala, que tenía una linda vista.
Volví a la habitación, en la cartera donde venían las cremas y la loción, venía un enjuague bucal, todo eso cabía perfectamente, ya que era en miniatura.
Me acosté en la cama y volví a quedarme dormida.

~Minutos más tarde~

Desperté al sentir unos brazos que recorrían mi cintura.

- Buenos días. -era James-

- Hey, buenos días. -me di la vuelta quedando de frente-

- ¿Has dormido bien? -asentí con una leve sonrisa-

- Creí que me habías dejado. -me acomodé en su pecho de tal manera que me abrazó más fuerte-

- Eso jamás mi niña. -me dio un beso en la frente-

Amaba sus besos por más cortos que fueran.

- Me gusta ese apodo... más, si sale de ti.

Me percaté de que se le había salido una pequeña sonrisa.

- Quisiera estar así para toda la vida, contigo. -sonreí-

- Entonces estemos así, siempre. -me separé un poco para mirarlo- Pero hay un pequeño gran problema. ‐arqueo una ceja-

Mi Biker MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora