06 ;; the runaways

45 5 3
                                    

Seguir un consejo de Sirius Black era de esas cosas que ni siquiera había pasado por su cabeza cuando estaba lo suficientemente borracha como para verlo atractivo, y eso había pasado solo una vez. Sin embargo, y nuevamente sorprendiéndose a si misma, él tenía demasiada razón, le dolía solo aceptarlo en su mente.

Mientras se arreglaba seguía sin poder creer lo irreal que era lo que estaba por hacer y que tan difícil sería ganarse el aprecio de Remus. Se sentía aún más estúpida porque ya había tenido la oportunidad y no la había aprovechado solo por orgullo en contra del fastidioso Sirius Black, pero prefería no echarle toda la culpa porque haría más insoportable el proceso de trabajar con él.

El problema de Claire era que al contrario de lo que muchos creían y asumían incorrectamente, por cierto, era que sentía mucho, demasiado como para poder controlarlo y le agobiaba la cantidad de ferocidad con la qu epodía sentir sus sentimientos, como la ira, la tristeza y el amor. En ese aspecto admiraba a James porque a él no se le hacía complicado expresar todo lo que sentía, explotaba y se volvía un remolino de emociones y no le daba vergüenza hacerlo, ella quería ser de esa forma, pero no podía, ella lo reprimía hasta que ya no podía siquiera entender lo que estaba haciendo.

—Estúpida —susurró para si misma mientras ponía un poco de bálsamo en sus labios—. Muy estúpida.

—Hola Claire, ¿a dónde vas? —preguntó Emmeline lanzándose a su cama.

—A la biblioteca. Nos vemos.

Sirius se lo había repetido muchas veces, debía de ser sutil, no debía parecer muy desesperada ni intensa, no porque estuviera mal porque según él en muchos hombres podía funcionar el que una mujer estuviera loca por un hombre, sino porque eso no iba con ella y porque había creado un escudo muy grande entre ambos y un comportamiento diferente  tan abruptamente podría hacer que él lo viera sospechoso.

Él tenía razón, demasiada para su gusto. Podía ser terrible en pociones pero grandioso en las citas, aunque temía que Sirius fuera en piloto automático aconsejándole e hiciera que ella inconscientemente diera el mensaje sexual que él daba usualmente en sus conquistas, así que debía de ir con cuidado.

Cuando llegó a la biblioteca, escuchó un susurró que llamó su atención, haciend oque volteara violentamente para encontrarse con el pelinegro que lo llamaba silenciosamente.

—¿Que haces aquí?

—No puede ser, seguiste mi consejo de usar vestido. Es lindo, me encanta el violeta.

—¿Remus esta adentro?

—Sí, con una barra de chocolate y un libro sobre penes moviendose.

—Moby Dick —rodó los ojos.

—Ese gesto otra vez —se burló con una sonrisa—. Permiso para tocarte y acomodar tu vestido.

—Otorgado.

Sirius acomodó las mangas del vestido un poco más al lado, haciendo que las tiras de su sostén fueran visibles, bajando también el escote para que fuera más notorios sus pechos, ganándose un pequeño golpe de la morena. Él despeinó un poco su cabello porque según él así se veía más casual y bajó una de las mangas de su suéter haciendo más notoria su piel. 

En efecto, era el enfoque sexual tan habitual en el gryffindor, pero a Claire por alguna razón no le incomodaba en su totalidad. Sabía que los hombres serían hombres y que el cuerpo era la debilidad de una gran parte de ellos, esperaba que Remus fuera una excepción, pero d elo contrario tendría que corregir eso cuando fuera "suyo".

—Anda a cazar a ese león, águila.

—Cállate —lo silenció entrando a la biblioteca.

Ella entró a la biblioteca intentando ignorar sus dominantes nervios y caminó un poco hasta localizar a Remus, totalmente encorvado y leyendo muy fijamente, enterrado en su libro. No pudo evitar sonreír ligeramente porque vaya que se veía tierno para seguir caminando, agarró otro libro y lo miró de reojo para notar atrás de él a Sirius desesperado haciéndole señas.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 19 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

CRAZY STUPID LOVE, sirius blackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora