|Aunque el adiós nos duela, nuestra historia persiste, como un verso eterno en la balada enamorada.
Con pesadez abrió esos grandes ojos, sintiendo un hueco en el corazón al darse cuenta que la cama estaba vacía, el cuarto estaba vacío, se levantó y se sentó al borde de la cama viéndose a si mismo al espejo que había delante de él. Empezando a examinar su cara viendo esas enormes bolsas de ojeras que cargaban sus ojos, lo mal que se veía, se llevo una mano al vientre y bajando la mirada para ver la parte de su cuerpo dónde coloco su mano, empezando a carcomerse la mente con mil preguntas, como si quisiera comunicarse con el ser que cargaba adentro.
Angel ya me explico todo el proceso para poder eliminarte.... Pero no sé si hacerlo, hoy tu padre se va ir, nos dejará solos y.. yo.. yo no sé que hacer contigo.. no sé si estoy listo, no sé si pueda, pero también soy muy cobarde para hacerte ese daño.
Se que Alastor tiene derecho a saberlo, pero me da miedo que me obligue a tenerte o que me obligue a deshacerme de ti. Cuál sea la decisión... quiero tomarla por mi cuenta, yo no dependo de él, después de todo tú solo truncarías mis sueños de ser músico, tu padre ya tiene su vida hecha.
Pero...
Sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar la puerta abrirse, empezó a limpiarse desesperadamente las lágrimas que resbalaban por sus mejillas para quién sea la persona que hubiera entrado no lo vea así, roto.
Cosa que fue inútil pues esa acción solo llamo más la atención del alfa, cerrando la puerta y dirigiéndose a donde estaba el omega, para ponerse en cuclillas y poder apreciar ese rostro enrojecido por el llanto.
—Lulu, que pasa.? – Preguntó preocupado.
El mencionado solo desvío la mirada no quería verlo, este sería su último día aquí y no quería aceptarlo pero al ver la insistencia del mayor solo se lanzó a sus brazos, Alastor lo tomo fuerte para que ambos no cayeran y se puso de pie, levantando al omega sin despegarse del abrazo, quedando ambos de pie.
—Te voy a extrañar. – Fueron las únicas palabras que podía articular, él entendió que ya no servía de nada decirle que se quedará, optó por aceptar y dejarlo ir.
—Yo también lo haré. – Hundió su nariz en el cuello del rubio para inhalar su aroma, después se separó de ese lugar para verlo a los ojos, depositando cariñosos besos en la frente, bajando por las mejillas del omega, recorriendo todo ése pequeño rostro con sus labios dudando si aprisionar esos labios carnosos de su amado, dudo pero optó por no hacerlo. —Lucifer, aún que estemos lejos te llevo conmigo siempre, prometo estar para ti y nunca volver a perder comunicación contigo.
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Mesa Para Dos | RadioApple
RomansaAveces cuando se te presenta una gran oportunidad debes aprovecharla y eso es lo que hacía Alastor al ser becado en una universidad de prestigio, aunque el no pertenecía a ese lugar, tenía que adaptarse si quería graduarse rápido. No tenía problemas...