Mi vida

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Sara se miró al espejo, después de terminar de peinar su cabello, le gustaba como se veía, ya no eres la misma chica miedosa de hace algunos años, ahora tenía mucha más seguridad, confiaba más en ella, y sobre todo en el mundo, hacía casi un año que se había casado con Mikel, los dos habían terminado la universidad y habían aceptado trabajar con Jorge, el padre de ella, Mikel se había convertido en la mano derecha de Jorge, y ella, junto con Ana se encargaba del departamento de logística, parecía que la vida por fin había Sido amable, o al menos eso sentía. 

Se levantó del taburete donde estaba sentada frente al espejo, se colocó sus zapatos altos, tomo su bolsa y camino hacia la puerta para salir y subir al auto, hacia un par de meses que ella se iba sola a la oficina, Mikel siempre madrugada, y se iba primero, justificando que ella durmiera más.

Le gustaba conducir a solas, porque podía poner la música que le agradaba, podía hablarse en voz alta, podía pensar, sin escuchar a nadie a su lado quejarse de cosas sin importancia, Mikel se había convertido en un hombre entregado a los negocios de su papá, suponía que eso era bueno, sin embargo, también se convertía en un hombre serio, preocupado, frío, y hasta aveces con un humor tan Osco, que ella prefería no hablar con él de nada, sin querer Sara repetía el mismo patrón que tal vez algún día vivió su madre, vivir sola, estar sola, eso la llenaba de molestia, no quería ser como esa mujer, ella quería vivir en un matrimonio feliz, aunque… ahora que lo pensaba, seguro había Sido muy pronto para casarse con Mikel, eso le asustaba, y la llenaba de tristeza, y en el fondo sabía porque… sabía que tal vez si hubiera esperado, tal vez … no se atrevía a terminar esa frase con los pensamientos de su cabeza, pensaba que si los decía se arrepentiría de las decisiones que había tomado.

Sara entra a su oficina, recibe el café que su asistente siempre le da por las mañanas, junto con los pendientes del día,  la escucha, un poco fastidiada, sin embargo, hacia su trabajo como siempre.

Ros… Mikel está en su oficina?

Si… está esperando a unos clientes…

Ah!... Ok…- después de escuchar a Ros, toma su teléfono y le manda un mensaje… "hola… buenos días… estarás ocupado para el almuerzo?" 

… " Para el almuerzo, comida y cena...por?"- tras leer el mensaje frunce la frente, vaya respuesta… 

…"Solo quería ver si podíamos hacerlo juntos?"- miró la pantalla, para cerciorarse de que él leyó el mensaje, pero ya no recibió respuesta, suspiro y volvió a lo suyo.

Nuevamente terminó el día laboral, y volvió a casa, sola, esperando que el día siguiente fuera diferente, esperando que el día siguiente hubiera otra cosas… esperando que Mikel volviera con ella, porque eso era lo que sentía, que él ya no estaba con ella, lo veía muy poco, aunque se llevaban bien, no hacía nada juntos.

Sara se preguntaba qué había pasado, se sentía sola, su papá hacía mucho que vivía en otra ciudad del país, viajaba poco a verlas, pensaba que Mikel le era suficiente a ella, Ana, Ana había dejado de ser su amiga desde hace muchos años, de hecho trabajaba en la empresa de su padre para no perder de vista lo que algún día le heredarian, se sentía tan sola… y odiaba sentirse así, le molestaba sentirse como esa niña miedosa y llorando que fue alguna vez, así que aparentaba estar bien, no necesitar a Mikel, no necesitar a su papá y menos a su hermana, sin embargo ella sabía lo que sentí y lo que le dolía.

Mikel entró a casa fatigado, miró a Sara sentada en un sillón mirando una película.

Hola!...- ella lo miró y le sonrió..

Hola…

Que miras?...

Una peli… no tan buena.. pero entretenida… cómo te fue?

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⏰ Última actualización: Jun 22 ⏰

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