Cap 2. Encuentros interesantes

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Era un día soleado en la academia de la arena, y el gimnasio estaba lleno de energía. El equipo de baloncesto, liderado por Sasuke Uchiha, se encontraba en plena práctica. Sasuke, conocido por su actitud reservada y seria, era un jugador excepcional. A su alrededor, se encontraban sus amigos: Naruto Uzumaki, Neji Hyuga y Shikamaru Nara. Todos eran altos, bien formados y con habilidades destacadas en el deporte.

—¡Vamos, Sasuke, muéstrales cómo se hace! —gritó Naruto, el rubio intrépido del grupo, mientras organizaba una jugada.

Sasuke, con su mirada fría y calculadora, dirigía el equipo con precisión. Aunque era conocido por su seriedad, sus amigos sabían que podían contar con él en todo momento. Naruto, siempre buscando una excusa para molestar a Sasuke, aprovechó la pausa.

—¡Ey, cubito de hielo! ¿Por qué no sonríes un poco? —dijo Naruto, riéndose.

—Cállate, idiota —respondió Sasuke, frunciendo el ceño pero sin perder la concentración.Después de la práctica, Naruto se acercó a Sasuke mientras recogían sus cosas.

—Este fin de semana hay una fiesta en casa de Kiba. ¿Vas a ir? —preguntó Naruto con entusiasmo.

—No sé, tal vez —respondió Sasuke, no muy convencido.

—Vamos, Sasuke, tienes que divertirte un poco. Además, siempre hay chicas lindas —añadió Naruto con una sonrisa traviesa.

—Idiota —repitió Sasuke, pero una pequeña sonrisa se asomó en su rostro.

Mientras tanto, Sakura caminaba por los pasillos, buscando el salón de baile. Bailar era su pasión, y necesitaba practicar para el próximo recital. Perdida en sus pensamientos, no se dio cuenta de que alguien venía en dirección contraria. Chocaron y ella cayó al suelo, sus libros dispersos por todas partes.

—Lo siento, no te vi venir —dijo Sakura, recogiendo sus cosas apresuradamente.

—Está bien, no fue tu culpa —respondió Sasuke, extendiendo una mano para ayudarla a levantarse.

Sakura tomó la mano de Sasuke y se levantó, notando por primera vez lo guapo que era. Sus ojos negros la miraban con curiosidad.

—Gracias —dijo Sakura, sonrojándose ligeramente mientras se alizaba la falda.

Sasuke asintió y se marchó, pero algo en la forma en que Sakura se movía captó su atención *no parecía una chica aburrida como la mayoría de este instituto*. 


Más tarde, Sasuke pasó por el salón de baile y, al ver a Sakura practicando, quedó impresionado por su habilidad y gracia.

Dentro del salón, Sakura se movía con una elegancia que dejaba ver su pasión por el baile. Sasuke, intrigado, se quedó observándola desde la puerta. Su cabello rosado lo tenía recogido en una cola de caballo con unos pocos mechones ondeando por su rostro. Cada movimiento era calculado, fluido; sus brazos se extendían con gracia mientras sus piernas seguían el ritmo de la música con precisión milimétrica.

La ropa ajustada resaltaba cada curva de su cuerpo, acentuando su figura esbelta y musculosa. Gotas de sudor perlaban su frente y su cuello, reflejando el esfuerzo y la intensidad que ponía en cada paso. Cuando se detenía frente al espejo, Sasuke podía ver en su reflejo la determinación en sus ojos verdes, la concentración en cada línea de su rostro.

Al continuar bailando, Sakura giraba con una suavidad casi hipnótica, moviendo sus caderas con una cadencia que acompañaba la melodía de fondo. Sasuke notó cómo sus movimientos se volvían más seguros, más seductores, como si el ritmo mismo la poseyera. Giraba el cuello en círculos con una sensualidad natural que parecía captar la luz de la habitación y proyectarla hacia todos lados.

EL BAILE DEL CEREZO (¿sasosaku o Sasusaku?)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora