En las noches, de mis sueños, anhelaba volver a contemplar tu presencia, como la brisa acaricia suavemente las flores en primavera. Recuerdo aquel vestido floral que enmarcaba tu figura como una pintura viva, resaltando la belleza de tus rasgos delicados. Tu cabello negro como la noche mas profunda, caía en cascada sobre tus hombros creando una danza de sombras y misterios. Tus ojos, dos perlas azules ocultas tras pestañas finas y delicadas, me miraban con ternura y pasión, como dos joyas preciosas que brillaban en la oscuridad de mi alma tu figura, esbelta y elegante, parecía esculpida por un artista divino, cada curva y cada detalle perfectamente diseñados. Y tu aroma, indescifrable y embriagador, como un hechizo que me envolvía y me conquistaba desde el primer instante en que lo percibí. Quiero volverte a ver mi hermosa desconocida.