Capítulo 6

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Narrador:

El cielo ahora estaba demasiado oscuro como si estuviera a punto de llegar una tormenta, Amelia no quería salir de su adorada cama pero una llamada la saco de ese sueño tan agradable que estaba teniendo.

— ¡Amelia! ¡Por fin contestas! — suspiro el chico al otro lado — ¿Quieres venir a mi casa? Necesito tu ayuda para cocinar, se que eres buena porque le haces los almuerzos a Yaku así que pensé por qué no cocinas conmigo además de que estoy solo y creo que si lo hago quemó la cama — volvió a respirar por qué lo dijo todo muy rápido, haciendo que la chica riera fuertemente.

— Claro que sí Kuroo, mándame tú dirección llego en unos 10 minutos. — El chico hizo un sonido de aprobación feliz para colgar la llamada para que Amelia se pudiera arreglar y por fin durante toda su mañana salir de esa cama tan cómoda.

Se arreglo rápidamente para poder salir de la casa, su hermano Yaku no se encontraba había salido con Lev al centro comercial así que la chica no le dejó ninguna razón.

Camino rápido hacia la casa del chico, se estaba demorando un poco más porque la casa en si estaba un poco lejos a la de ella.

Al llegar tocó la puerta viendo cómo el chico salía demasiado despeinado y con un leve rubor en su rostro.

— ¡Amelia! ¡Por fin llegaste! ¡Pasa! — Ella rio viendolo más fijamente, el chico tenía un delantal marrón con formas de gatitos por todos lados. — ¿Que tanto miras eh?

— Te ves adorable Kuroo — ella rió entrando a la casa agradablemente grande y espaciosa, por todos lados habían fotos del chico pelinegro junto a su familia y también junto a Kenma.

Que hablando de Kenma el chico estaba en la sala cuando unos ojos se posaron en el, este no se había dado cuenta de la mirada tan fija de la chica hacia el ya que miraba con atención su consola esperando algún mensaje de Su-Me que ya tenía pensado que no iba a llegar.

La chica veía con suma atención al chico sentando en los muebles de la casa de Kuroo, sus ojos se posaron por todo su cuerpo viendo la ancha ropa que llevaba el chico, luego miro su rostro, como este miraba con confusión la consola en sus manos, y miro su hermoso cabello tinturado que ahora estaba en un moño alto que lo hacía ver sumamente adorable, como si fuera un pequeño gatito tímido.

Kuroo a su lado la miro con una ceja alzada, está no se dió cuenta de que ahora sonreía con solo ver al chico, no porque sintiera algo, obviamente no.

Solo sonreía porque le parecía adorable el como su rostro hacia muecas de confusión o sus ojos se abrían de más de solo verlo perder en alguna jugada pero obviamente no es porque sintiera algo.

Solo le parecía lindo, demasiado lindo.

Kuroo tosió falsamente para sacarla de su burbuja en la que estaba que no se dió cuenta del chico alto a su lado, este solo sonrió pícaramente para alzar sus dos cejas. Ella solo lo ignoro para caminar hacia el chico sentando, este al sentir una presencia pensó que era Kuroo pero al levantar su cabeza lentamente se dió cuenta de que era Amelia, como si de un resorte se tratara rápidamente se paró haciendo que la consola que tenía en sus manos cayera lentamente, como si de una película de acción se tratara, el solo veía a la chica al frente que tenía sus mejillas acaloradas por tal reacción del más bajo pero al ver la consola caer, estiro su brazo para agarrarla antes de que cayera al suelo y se dañara.

El solo la veía mudo, la chica todavía al frente se acercó un poco más entregándole la consola con una sonrisa amable.

— Ten Chocoflan, no quieres quedarte sin jugar — el asintió sin responder nada solo todavía viéndola fijamente, Kuroo solo negaba con una sonrisa.

— ¡Bueno llegó la hora de cocinar! — Miro a Amelia — Espero que no te moleste que Kenma esté aquí solo que no quería que se quedará solo en su casa haciendo nada — ella negó con una sonrisa.

— No me molesta — Miro a Kenma al frente — me agrada que estés aquí Chocoflan.

Sonrió para ahora caminar junto a Kuroo hacia la cocina dejando a un sonrojado Kenma en la sala.

— Camina Kenma, no querrás que ella vea ese tierno sonrojo en tu rostro — Kuroo lo miro sonriendo, Kenma solo negó dejando la consola en la mesa para caminar junto a el. — Sabes eres muy obvio Kenma — este lo miro — Ahora estás feliz porque la pequeña Amelia te dijo ese apodo pero cuando le decía ese apodo a la estrella del Karasuno tu cara era realmente divertida.

El más pequeño solo hizo una mueca de molestia y lo sabía porque ese día había estado de más molesto, hasta Hinata lo había notado y le había preguntado que si estaba bien, el chico solo había asentido pero su mirada se iba un poco más hacia el grandulon del Karasuno que estaba ajeno a la situación presentada.

— No estoy feliz — susurro el sin mirarlo al más alto, Kuroo solo rio fuertemente llamando la atención de Amelia que ya estaba en la cocina con su cabello en una moña alta y un delantal de gatos negros que le había prestado Kuroo.

— Si claro, es obvio que lo estás mira tus ojos brillan con solo verla — Susurro para que la chica no escuchará, Kenma solo se giro molesto sacándole otra risa a Kuroo, y es que era verdad el chico con tan solo verla sentía como su rostro se llenaba de una esencia de calor y brillo que lo hacía verse más tonto de lo normal.

— Oh chicos — los dos lo miraron confundidos — Se me olvidó comprar la pasta, esperenme aquí mientras vuelvo — Kuroo salió disparado de la cocina con una sonrisa alegre, dejando a los dos chicos más pequeños en una tensión palpable.

Kenma se acercó para poder poner el agua pero al hacerlo su cabello se soltó haciendo que una mueca de cansancio cruzará su rostro.

Amelia solo lo vio con una sonrisa, tomo una pequeña liga que tenía de respuesto y se acercó al joven que se erizo como un pequeño gato con solo ver la cercanía de la chica, podría decirse que eran de la misma altura aunque Kenma la pasaba por un poquito nada mas.

Ella se colocó al frente de el con una sonrisa que no pudo ser evitada por el chico, un pequeño sonrojo se hacía presente en su rostro de solo ver la cercanía del rostro de la chica, porque era demasiado hermosa, sus mejillas rojas, sus labios rojos y esos ojos tan brillosos y adornados por esas bonitas pestañas negras, la hacia verse aún más hermosa de lo que ya era porque el sabía lo hermosa y tierna que ella era desde que llegó al gimnasio ese día.

Ella con lentitud tomo el cabello del chico para hacer un moño alto en su cabeza, Kenma se estremeció al sentir sus manos frías por el agua acariciando su suave cabello que además de ser suave olía muy bien.

La chica también estaba sonrojada pero además de eso la situación le parecía sumamente tierna y se sentía bien al estar tan cerca de Kenma, es como si hubiera una paz en esa cocina por la forma en la que los pequeños chicos se miraban ahora.

Ella ato el moño finalmente para dejar caer sus manos a sus lados con una leve sonrisa apenada.

Eres muy lindo Kenma — Comento ella casi en un suspiro.

El no pudo hacer nada más que seguir mirándola no se sentía capaz de pronunciar palabra porque su garganta estaba seca.

Un ruido los saco de esa agradable paz al ver qué Kuroo había llegado con un fuerte saludo, los dos se separaron rápidamente para seguir en lo que estaban haciendo que era nada porque no tenían la pasta aún por culpa del más alto.

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Mi acosador gamer • Kenma KozumeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora