Barcelona resplandecía bajo el manto de la noche, sus luces reflejadas en el Mediterráneo creaban una imagen que parecía sacada de un sueño. Alexia se encontraba en su departamento, preparándose para la gala benéfica anual organizada por su club de fútbol en conjunto con varias organizaciones locales. El evento tenía como objetivo recaudar fondos para diversas causas sociales, y este año, se centraba en la lucha contra el cáncer infantil.
Frente a su espejo, Alexia se miraba con detenimiento, ajustando los últimos detalles de su elegante vestido negro. Su cabello, usualmente recogido en una cola de caballo durante los entrenamientos y partidos, caía suelto en suaves ondas sobre sus hombros. El maquillaje resaltaba sus ojos, dotándola de una intensidad que rara vez mostraba fuera del campo. Suspiró, recogiendo su clutch y saliendo de su apartamento, sintiendo una mezcla de emoción y responsabilidad por la noche que le esperaba.
A unos kilómetros de distancia, en un modesto apartamento cerca del hospital central, Elena también se preparaba para la gala. La invitación había llegado a través de la junta directiva del hospital, quienes querían reconocer su arduo trabajo y sus logros recientes. Elena, aunque agradecida, se sentía un poco fuera de su zona de confort. Sin embargo, decidió aceptar la invitación como una oportunidad para desconectar, aunque fuera por unas horas, de las presiones diarias de su trabajo como cirujana.
Elena seleccionó un vestido azul zafiro, simple pero elegante, que acentuaba sus ojos y su figura esbelta. Mientras se aplicaba un toque de perfume en las muñecas, su mente se desvió hacia Marco, un ex compañero del hospital que no había dejado de acosarla desde que ella había rechazado sus avances. Marco no aceptaba que Elena no solo no estaba interesada en él, sino que su corazón pertenecía a otra orientación. Elena era lesbiana, algo que Marco parecía incapaz de aceptar o respetar.
Con un último vistazo al espejo, Elena tomó su bolso y salió de su apartamento, decidida a disfrutar de la noche y a no dejar que los pensamientos de Marco arruinaran su velada.
La gala se celebraba en un lujoso salón de eventos en el centro de Barcelona, adornado con flores frescas, luces brillantes y una decoración que exudaba elegancia. La entrada principal estaba llena de fotógrafos y periodistas, capturando cada momento de los invitados que llegaban en coches elegantes y caminaban por la alfombra roja.
Alexia llegó en uno de los coches proporcionados por el club. Al bajar del vehículo, fue recibida por un torrente de flashes y saludos. Sonrió y posó para las cámaras, agradecida por el apoyo y consciente de la importancia de su presencia en eventos como este. Después de unos momentos, se dirigió al interior del salón, donde fue recibida por varios compañeros de equipo y otras figuras destacadas del deporte y la sociedad.
Elena llegó poco después, acompañada por un grupo de colegas del hospital. Al bajar del coche, sintió la intensidad de las luces y los murmullos de la prensa, pero se mantuvo serena. No estaba acostumbrada a tanta atención, pero se prometió a sí misma disfrutar de la noche. Al entrar al salón, sus ojos recorrieron el espacio, maravillada por la elegancia y la sofisticación del lugar.
Dentro del salón, la noche avanzaba con discursos inspiradores y una subasta silenciosa, donde se ofrecían desde obras de arte hasta experiencias exclusivas, todo para recaudar fondos. Fue durante uno de los discursos cuando Alexia y Elena se encontraron por primera vez. Ambas habían salido a la terraza en busca de un respiro del bullicio.
Alexia, con una copa de vino en la mano, miraba pensativa las luces de la ciudad cuando escuchó una voz suave a su lado.
"Es una vista hermosa, ¿verdad?" dijo Elena, acercándose con una sonrisa tímida.
Alexia se giró, encontrándose con los ojos de Elena. "Sí, lo es," respondió con una sonrisa. "No creo que nos hayamos conocido. Soy Alexia."
"Elena," respondió ella, estrechando la mano que Alexia le ofrecía. "Trabajo en el hospital central."
"Ah, una médica. Eso es impresionante. Debe ser un trabajo muy desafiante," comentó Alexia, genuinamente interesada.
"Lo es, pero también muy gratificante," dijo Elena. "Y tú, claro, eres la famosa Alexia. He oído mucho sobre ti."
La conversación fluyó con una naturalidad sorprendente. Hablaron de sus trabajos, sus pasiones y las razones que las habían llevado a la gala esa noche. Alexia se sorprendió de lo fácil que le resultaba hablar con Elena, sintiendo una conexión que no había experimentado en mucho tiempo. Sin embargo, la tranquilidad del momento se vio interrumpida cuando el teléfono de Elena comenzó a vibrar insistentemente.
Al mirar la pantalla, la expresión de Elena cambió de repente. "Lo siento, tengo que tomar esta llamada," dijo, alejándose un poco.
Elena contestó el teléfono, su tono cambiando a uno más serio y preocupado. "¿Qué quieres, Marco?" susurró, tratando de mantener su voz baja.
Marco, un ex compañero del hospital, había mostrado un interés obsesivo hacia Elena desde que habían trabajado juntos. Su comportamiento había pasado de ser meramente molesto a claramente acosador, y Elena había intentado, sin éxito, poner distancia entre ellos.
"Sabes exactamente lo que quiero, Elena," la voz de Marco sonaba amenazante. "No creas que puedes ignorarme para siempre."
Elena sintió un nudo en el estómago. "No puedes seguir acosándome así, Marco. Te lo he dicho mil veces."
"Nos veremos pronto," fue la respuesta cortante antes de que la llamada se desconectara.
Elena regresó a la terraza, tratando de recomponerse. Alexia notó su cambio de expresión y le ofreció una sonrisa de apoyo. "¿Todo bien?"
"Sí, solo... asuntos personales," dijo Elena, intentando sonar despreocupada.
Antes de que pudieran continuar su conversación, una colega de Elena apareció para recordarle que era su turno de hablar con un grupo de patrocinadores. Elena se disculpó y se despidió rápidamente, dejando a Alexia intrigada y con ganas de conocer más sobre la misteriosa mujer que acababa de conocer.
La noche continuó, pero Alexia no podía dejar de pensar en Elena. Había algo en ella, una mezcla de fortaleza y vulnerabilidad, que la había cautivado. Mientras tanto, Elena, a pesar de la preocupación por Marco, sentía que había encontrado un carisma inusual en su conversación con Alexia.
Después de la gala, ambas mujeres regresaron a sus respectivos mundos, pero con una sensación diferente. Alexia, al llegar a su departamento, se sentó en su balcón, mirando las estrellas y pensando en Elena. Decidió que quería conocerla mejor, sentir esa conexión que había sentido en la terraza del salón. Elena, por su parte, se encontraba de nuevo en su apartamento, pero su mente no dejaba de pensar en Alexia. Sentía una mezcla de emoción y temor.
Los días siguientes fueron una prueba para ambas. Alexia continuó con sus entrenamientos y compromisos, pero siempre tenía a Elena en un rincón de su mente. Por su parte, Elena seguía lidiando con la presión de su trabajo y las constantes amenazas de Marco, mientras trataba de encontrar un momento para volver a conectar con Alexia.
ESTÁS LEYENDO
Ecos de Amor - Alexia Putellas
أدب الهواةAlexia Putellas, una destacada futbolista, y Elena, una talentosa cirujana, se encuentran en una gala de caridad y se enamoran rápidamente. Sin embargo, sus vidas llenas de secretos y responsabilidades ponen a prueba su relación. Juntas, luchan por...