Abril no había dormido absolutamente nada esa noche. Esos ojos marrones están ahí en cada pensamiento, en su cuerpo las caricias que le había entregado y en sus labios ese sabor tan peculiar que aún lograba saborear.
No se estaba encendiendo del todo, una parte, la más racional le decía que no había diferencia, que podía tener a la chica y que seguramente podría obtener un buen sexo, sin sentimientos, como siempre. Pero otra parte le decía que era demasiado especial para arriesgarse, que toda esa explosión de sentimientos nunca le había experimentado, por lo que si seguía viéndola se arriesgaba a sentir más de lo que ya sentía y eso era algo que aterrorizaba a Abril Garza.
Los primeros rayos de luz colaron por sus cortinas y la sorprendieron porque hace solo unos minutos que había logrado dormirse. No sentía ganas de levantarse, no tenía fuerzas, o tal vez era que tenía miedo, no quería enfrentarse a Samanta, sabía que bastaría muy poco para ser débil y volver a caer.
-Princesa... tienes que levantarte, o llegaras tarde a clases-. Aviso su padre abriendo cuidadosamente la puerta-.
-No me siento bien-. Respondió con el rostro hundido en la almohada-.
-Esta enferma? -. Se acercó preocupado-.
-Algo así-. Contesto volteándose para que su padre pusiera su mano en la frente-.
- ¿Tienes algo de fiebre, ojeras marcadas...Dormiste mal? -.
-Sí, pésimo
-Es mejor que te quedes en casa hoy, le diré a tu madre que te suba el desayuno y te de algunos analgésicos, así te sentirás, mejor-.
-Gracias papi-. Dijo aliviada ya no tendría que ir a la escuela-.
-De nada princesa, ahora debo irme al hospital, si te sigues sintiendo mal, sólo llámame y vendré a verte, bueno-.
-Está bien, que tengas buen día-.
-Te quiero princesa-.
Abril vio como su padre cruzo la puerta y puso la cabeza en la almohada para intentar dormir, quería borrar cada pensamiento de su cabeza.
Samanta tenía sentimientos encontrados. Por una parte, no lograba creer que todo lo del día anterior haya sido real, no creía haber tenido a abril en sus brazos, acariciándola, recorriendo cada espacio que quiso y probando sus carnosos labios, que con sólo recordarlos se lamia los suyos intentando volverá sentir ese sabor, ese sentimiento al saberlo real era de completa felicidad.
Sin embargo, el otro sentimiento se contradice totalmente. Tenía miedo, vio en los ojos de abril el pánico cuando salió corriendo y no sabía a qué se debía, tal vez se dio cuenta que todo había sido un error, entró en razón y corrió lo más lejos de ella que pudo, eso sonaba más real. Después de todo era Abril Garza, la reina de la Academia, con quien no tenía ninguna oportunidad.
Se bajó de su moto, esperando encontrársela por el pasillo, necesitaba hablarle, pedirle disculpas, porque todo lo que había pasado, que si así lo quería haría como que nunca paso, haría lo que ella quisiera, todo.
El busco encéstenle con la mirada, recorriendo los lugares que sabía la Castaña solía estar por las mañanas, pero nada, no estaba por ninguna parte. Tenía una mezcla entre decepción y preocupación, que no sabía cómo sacarse. Se le pasó por la cabeza salir de la escuela e ir a la casa de abril, pero eso era invasivo y corría el riesgo de que la Castaña la echara, o le dijera que no quería verla más, eso la asustaba más que cualquier cosa, que con lo qué pasó no quisiera saber más de ella.
Entró a sus clases, sin ningún tipo de ánimo, no estaba concentrada, su mente se perdía recordando esos ojos color chocolate que tanto capturaban y que tantas ganas tenía de volver a ver. Así se fue su mañana, en cada break la buscaba con la mirada, pero nada, ya se había resignado a que por lo menos ese día no la vería.
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Inalcanzable - rivari g!p
Fanfic- Abril por favor detente - Pidió Samanta - Esto es increíble - Susurraba la castaña acariciando el bulto sin prestar atención a las súplicas de la otra chica. ---------------------------------------- ¿Será Abril Garza la Reyna del instituto? ¿La i...