CAPITULO 1

3 0 0
                                    

Estaba en tercer año de Universidad con 21 años, sentía que tenia mi vida a puto de resolver. Estaba estudiando, mi familia estaba bien, tenia proyectos y estaba demasiado mentalizada en mi vida a futuro. Aunque la verdad no estaba muy conforme con lo estaba estudiando, no sabia si lo quería ejercer, aparte siempre estaba ese miedo del que dirán, de la aprobación social y de la familiar. Todos tenían expectativas en mi, bueno... yo también tenia muchas, pero es que uff cuando él apareció todo se desvaneció. Hoy en día ya olvidé quien era la Emma de esos tiempos.

Estábamos cruzando una pandemia mundial, el Covid-19, obviamente a todos nos afectó y en ese tiempo por el virus empecé a tener clases Online. Estudiar Odontología desde casa, la verdad es que no era muy entretenido, eternos mis días... pero estaba tranquila, recuerdo sentir paz, todo marchaba muy bien.

Una noche de esos dos años de pandemia, me habló un muchacho por Instagram. Estuvimos hasta muy tarde conversando y no puedo creerlo...me llamó por video llamada y yo jamás había hablado con un desconocido con ese nivel de confianza, le respondí y la verdad todo fluyó muy bien, creo que hubo conexión.

Aunque para ser sincera no quería una relación , no quería extrañar a nadie, no me sentía preparada. Había terminado una relación de 8 años, hace unos meses. Ese romance fue a distancia, una gran experiencia ,pero bueno, esa es otra historia. 

Estuvimos  2 semanas conversado, todos los días y todas las noches, hacíamos planes de llamarnos, jugábamos por apps, encuestas de memes y diferentes cosas, para conocernos y pasar mas tiempo juntos,  todo esto por el celular, obvio, si estábamos en pandemia. Esta dinámica verdad me encantaba, porque siempre había tema para charlar y él siempre cumplía sus planes por muy ridículas que fueran.

Iban pasando los días y teníamos ganas de vernos, ya habíamos coqueteado por chat algunas veces, pero seguía siendo nada, porque como dije yo no quería una relación.  Después de esto, decidimos juntarnos... él estaba en otra ciudad trabajando, me dijo que supuestamente venía por trabajo, con el tiempo me confesó que vino por mi. Creo que ya era una cita.

Un martes nos juntamos en una plaza, un encuentro muy normal, pero medios prófugos porque estábamos en cuarentena, las ganas o la atracción nos incentivaba más a vernos. Mientras iba de camino pedía que no fuera un chico peligroso o que me fuera a raptar, pero aquí iba yo, muy decidida como siempre en la vida, viviendo el riesgo.

Llegue y estaba esperándome, lo encontré guapo, tenia ojos verdes, era mas alto que yo y muy caballeroso, me generó tranquilidad, me sentí muy cómoda y charlamos toda la tarde. Después de un rato llegó la policía a preguntarnos que hacíamos en un lugar público sin permiso, pero fue un susto que dio gusto (pensé). Al final decidimos irnos y se ofreció  a llevarme a casa. Se acuerdan que les dije que era arriesgada? aquí iba una vez más. 

Cuando me subí a su camioneta sentí esa tensión de "será que aquí nos besamos?" y si, Damon no dejaba de mirarme los labios, estaba tan nerviosa, yo le seguía el rollo a decir verdad. 

-Pensé que me ibas a besar, o eso al menos me dijiste por chat- le dije tímida jaj.

-Si quiero besarte pero no sabia si tu querías- respondió.

-Entonces por que no lo haces?-. 

sin más, se acercó a mi y me beso, fue un beso apasionado, tras muchos besos, me llevo a casa. Llegando vimos un lugar muy tranquilo, solo y oscuro. Nos quedamos un rato charlando, de nuestros gustos, de la vida y a que se dedicaba cada uno.

Damon, era un chico de 23 años, bastante humilde (hasta ese entonces) y de Circo. Una profesión diferente a lo común, si pero la verdad de bastante sacrificio. Eso debo admitir que lo hizo bastante interesante, aparte, es trapecista, así que imagínense el cuerpo.  Volvimos a los besos, dulces y calientes besos, lo que nos llevo a tocarnos... bajó a mi cuello, subía a mis labios y así entre tanto jugueteo, toco mis pechos y los lamio. Uff era una primera cita bastante acalorada, así que decidí irme a casa.

Aquí empezaba todo un gran amor pero parte de una gran mentira.

Locamente enamorada de un narcisistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora