Capítulo 7: "El Encuentro"

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Mis pasos se volvieron más rápidos, mi corazón latía con fuerza, casi escapándose de mi pecho. No podía creer que finalmente estaba frente a ella después de tanto tiempo, después de tantas noches de insomnio y días de anhelo desesperado. Cada vez que me imaginaba este momento se desintegraba junto con la sonrisa que ocasionaba verla frente a mí en mis sueños.

Abigail levantó la vista justo en el momento en que me acerqué. Sus ojos se ampliaron en sorpresa, esos ojos hermosos que me vuelven loco, luego se iluminaron con una mezcla de incredulidad y alegría. Era como si el tiempo se hubiera detenido en ese preciso instante, dejando solo el eco de nuestros latidos acelerados y la electricidad en el aire cargado con emociones reprimidas.

—¡Abigail! —exclamé, mi voz llena de emoción y asombro.

No necesitábamos palabras para expresar lo que sentíamos en ese momento. Solo las miradas decían todo lo que queríamos decir en ese momento. Nos abrazamos con fuerza, como si temiéramos que el otro pudiera desaparecer si nos soltábamos. Podía sentir su calor, su fragancia familiar, y la certeza de que finalmente estábamos juntos de nuevo me inundaba de felicidad pura.

—No puedo creer que estés aquí —susurró Abigail, sus ojos brillando con lágrimas de alegría—. ¿Cómo...?

—No importa cómo, lo importante es que estoy aquí contigo —respondí, incapaz de contener mi propia emoción.

Nos separamos lo suficiente para poder mirarnos el uno al otro. Sus ojos verdes, tan profundos como el océano, me atraparon en un mar de sentimientos encontrados. Había tanto que quería decirle, tanto que quería expresar, pero en ese momento, las palabras parecían superfluas. Solo quería sentir sus brazos rodeándome, sentir como su corazón latía con fuerza, mirarla, sentir el aroma de su cabello, sonreír y olvidarme de nuestro alrededor.

—Te he extrañado tanto, Abigail —dije finalmente, dejando que mis emociones fluyeran libremente.

—Y yo a ti. Más de lo que puedes imaginar —respondió Abigail, su voz temblando ligeramente con la emoción—. No sabes cuánto significa para mí que hayas venido hasta aquí.

El tiempo parecía detenerse a nuestro alrededor mientras nos quedábamos allí, en medio de la belleza serena del campamento, absorbidos en el momento mágico de nuestro reencuentro. Ninguno de nosotros quería que este momento terminara, pero sabíamos que había mucho que hablar, mucho que compartir después de tanto tiempo separados. Lo que más nos acercaba eran esas video llamadas por la noche, las fotos y las palabras susurradas en los audios, pero ahora, estaba con ella, ya no tenía que soñar para abrazarla.

—Ven —dijo Abigail finalmente, tomando mi mano con ternura—. Hay tanto que quiero contarte.

Y así, tomados de la mano, caminamos juntos hacia el inicio de una nueva etapa en nuestra historia, una llena de promesas, reconciliaciones y el dulce consuelo de saber que, pase lo que pase, siempre estaremos juntos, enfrentando el mundo mano a mano, corazón con corazón. Y así, mientras el sol se ponía en el horizonte, Abigail y yo nos sentamos juntos en la orilla del lago, observando los últimos destellos de luz dorada bailando sobre las tranquilas aguas. Habíamos hablado durante horas, compartiendo nuestras experiencias, nuestros sueños y nuestras esperanzas para el futuro. En ese momento, todo parecía posible, y el mundo estaba lleno de promesas.

—¿Crees que esto sea un sueño? —preguntó Abigail, su mirada perdida en el crepúsculo.

—Si lo es, no quiero despertar nunca —respondí, entrelazando nuestros dedos con ternura.

—Siempre tienes algo lindo que decir. —responde mientras me da un beso en la mejilla— Te quiero.

Y así, en la serenidad de ese atardecer mágico, nos encontramos envueltos en un momento suspendido en el tiempo, donde las promesas se tejían con la luz dorada del crepúsculo y el susurro suave del viento. Con las manos entrelazadas y las miradas llenas de determinación, nos sumergimos en un compromiso profundo y eterno, prometiéndonos el uno al otro que este momento solo marcaba el umbral de nuestra historia juntos.

Una historia llena de aventuras audaces que desafiarían los límites del tiempo y el espacio, de amor puro que resistiría las pruebas del destino, y de la eterna promesa de un futuro brillante que nos aguardaba ansiosamente, como un tesoro oculto en las profundidades del universo, esperando ser descubierto por nosotros, los valientes buscadores de sueños.

Con cada palabra susurrada y cada mirada compartida, sellamos nuestro compromiso con el destino, decididos a enfrentar juntos todo lo que el camino nos deparara, confiando en que nuestra unión sería la fuerza que nos guiaría a través de los desafíos y nos llevaría hacia un horizonte lleno de posibilidades infinitas y promesas cumplidas.

continuara...

Para el amor solo existes tú y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora