Originalmente, esta historia se creó como un 'one shot' para un regalo de Navidad/Reyes para Male; participando en la dinámica de 'Carta de deseos navideños' que se realizó en nuestro grupo SasuKarin.
Sin embargo, por azares del destino y porque lo...
Como habrán notado, el 'one shot' original lo he dividido en dos partes; esto principalmente porque mi lado 'obsesivo compulsivo' quería que los capítulos tuvieran en promedio el mismo número de páginas.
Una disculpa por ello.
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Dos líneas... Dos.
Por más que intentó reprimir el llanto, la pelirroja no podía ocultar su pánico. Se abrazó al azabache, aferrando su cuerpo al de él. Éste sólo atinó a pegarla más hacía sí, acariciando su cabello mientras le susurraba al oído que todo estaría bien.
- ¿Cómo lo sabes? – preguntaba entre hipados.
- Estaré contigo pase lo que pase.
Pero la pelirroja lo empujó haciéndose espacio entre ellos, lo suficiente para verse a la cara, se notaba la dureza en su mirada.
- No quiero tu lástima, Uchiha – le aseguró la joven.
- No lo es, te lo aseguro – Sasuke era torpe en mostrar sus emociones.
Le hubiese gustado decirle que él estaba feliz con la noticia; que no se arrepentía de lo ocurrido entre ellos y que daría lo que fuera porque ella le permitiera tener una segunda oportunidad a su lado. Por supuesto, después de aclarar unas cuantas cosas en la aldea de la Hoja.
Pero en lugar de eso, el azabache atinó a mirarla de la misma forma que ella lo hacía. Le molestaba el hecho de que ella fuera tan renuente a aceptar sus palabras. Un gruñido de enfado, pero no permitió que se alejara más de él.
- Suéltame – prácticamente le ordenó la pelirroja.
- No, hasta que aclaremos nuestra situación – el atisbo de enojo empezaba a salir.
La Uzumaki lo empujó para romper todo contacto físico con él y le escupió cada palabra.
- Te diré lo que pasará a continuación, Uchiha. Tú regresaras a Konoha con tu linda familia, para vivir con ellas felices. Fingirás que nada de esto pasó y me olvidarás completamente. Por mi parte, procuraré escapar lo más lejos posible y de igual manera, fingiré que nunca exististe para mí.
Ante cada palabra, el Uchiha trataba de seguir con su cordura intacta, pues Karin sabía perfectamente que nada de eso sería sencillo de realizar para ninguno.
- No – estaba colérico.
- Te estoy dejando el camino fácil, Sasuke. Sólo acepta, ¿quieres?
- ¿Fácil? – el cinismo en la pregunta era palpable - ¿Y el bebé?
Karin soltó el aire de golpe, hasta ese momento se había pronunciado la palabra clave de todo ese embrollo. En ese preciso instante había un bebé creciendo en su vientre. A pesar de que la idea había rondado por la mente de ambos desde aquella fatídica noche, ahora se hacía una certeza.
