El virus del engorde

1. ¿Una estrategia...?

Super City, una hermosa ciudad, no estaría en las mejores condiciones, puesto que estaba en plena reconstrucción por parte de los robots  de luces rojas, quienes trabajaban para dejar el lugar a como estaba.

Las calles estaban repletas de polvo y humadera que cubrían con plena densidad.

En un lugar aislado y misterioso, 8-Bit, la máquina con patas, estaba malherido, pantalla en parte destruida y con los cables saliendo por muchas aberturas.

—No se quién fue el que ocasionó esto, pero debo informar a los demás

—No lo harás tierna maquinita, tú no viste nada...

Se oían unas ligeras risitas que provenían del techo y cuando el sorprendido 8-Bit levantó la mirada...
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Fue atacado por garras, acompañado de unos gritos arriconados por la alteración virtual de su voz, un espeluznante efecto de entrecortes que acabó en un silencio absoluto.
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Hace unos días.

Una encantadora mujer de cabello rubio se encontraba muy enfadada, con bastantes moretones y heridas que cubrían su delicado cuerpo.

—Diablos... Ya estoy hasta aquí — señala su frente con la mano. —Enserio, solo he estado perdiendo y perdiendo por estás semanas- Aish, si tan solo tuviera una forma de poder tener ventaja

Piper estaba aburrida y con cierto estrés por estar perdiendo constantemente contra otros brawlers, los cuales la superaban en distintas capacidades. No podía darse ese mérito ya que ella tiene el estatus de ser una auténtica espía o lo era en el pasado.

Al cabo de unos minutos, ella se baño y ocuparía un atuendo más casual, esto mientras sus heridas se estaban regenerando rápidamente.

Se sentó en su sofá acompañado de una taza de café con crema batida y comenzó a ver su teléfono, viendo videos de gatitos o personas lastimarse por estupideces. Hasta que se encontró con un vídeo, siendo del canal de BrawlTube de Tara.

Ahí se mostró como habría hecho un truco de magia, donde habría esparcido un polvo rosado sobre Genio, quien con una inocente sonrisa, olfateo el aroma, provocando que diera un estornudo y termine hinchándose de forma descomunal; el pobre se había quedado inmóvil con su torso esférico con sus pequeñas piernas.

Los ojos de Piper se abrieron por un instante, pensando en lo que acaba de suceder, algo que no tomó mucho tiempo...
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Piper, con ciertos animos y malicia, estaba dando una sonrisa y mirada bastante amenazante. Ella fue directo a llamar a Byron para pedirle una medicina que le diera drogas farmacéuticas para la adicción, sin embargo, se daba la limitante que él tenía que prepararlo, cosa que costaría un día entero.

Pero el tiempo pasó y la francotiradora logro obtener una botella bastante grande que contenía el adictivo, desde ahí, comenzó a preparar pastelitos.

En eso, una charla estaría pasando por su cabeza, siendo recuerdos de cuando se le había entregado...

—Espera Byron, ¿cómo que el efecto es limitado?...