Max Verstappen

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Narra Agustín

Ser piloto de Formula 1 es un verdadero orgullo, llegar a competir en la mayor categoría de automovilismo rodeado de los mejores pilotos se un desafío gigante, pero muy tentador cuando te pones de objetivo ganarles a semejantes figuras.

Mi madre siempre fue muy dulce conmigo, siempre ayudándome a levantarme cuando tropezaba, alentandome a hacer las cosas que me gustan y estando incondicionalmente para mí, es la persona con la que más química eh tenido en mi vida. Creo que esa es la razón por la cual me dolió tanto cuando se fué. Cáncer.

El cáncer se instaló en nuestras vidas como un intruso sigiloso y devastador. Desde el día en que recibimos la noticia, un oscuro manto de incertidumbre se extendió sobre nosotros. Las idas y venidas al hospital se convirtieron en un ritual agotador y angustioso. Cada sesión de tratamiento era un combate desigual contra un enemigo invisible, mientras mi madre mostraba una valentía inquebrantable, enfrentando cada doloroso procedimiento con la esperanza de sanar.

Pero el cáncer no cedía. Lo que comenzó como un leve malestar se transformó en una lucha diaria contra el dolor y la fatiga. Su cuerpo, una vez vibrante y lleno de vida, fue cediendo poco a poco ante la cruel invasión de células malignas. Los días se volvieron una montaña rusa emocional, entre momentos de calma tensa y otros de desesperación silenciosa.

Pero finalmente se decretó como terminal y en ese caso ya no hay mucho por hacer, mi madre decidió quedarse en mi hogar y disfrutar lo último que le quedaba. Una mañana cuando desperté, decidí prepararle el desayuno, algo simple como el café y unas tostadas ya que mucho no sabía hacer, en ese tiempo yo tenia 7 años. Acomode todo en una bandeja y fuí a despertar a mi mamá, abrí un poco la puerta y entré, pero cuando la fuí a despertar no hubo una respuesta de su parte y pasó lo inevitable, había fallecido.

Ahora solo estábamos mi padre y yo. Lamentablemente eso no era bueno, digamos que nunca tuve la mejor relación con mi padre, siempre discutíamos y el me presionaba para ser siempre el mejor, gracias a eso me costaba disfrutar todo lo que hacia por miedo a desepcionarlo y a la posible consecuencia de mis actos. Por eso siempre fuí muy competitivo. Nunca tuve muchos problemas por esa actitud pero estos se hicieron presentes cuando conocí a alguien con mi misma personalidad. Max Verstappen, mi compañero de equipo y actual enemigo. Teníamos personalidades muy parecidas y gracias a eso siempre estábamos peleando.


Gran Premio de Azerbaiyán 2021

Llegué temprano al paddock, como es costumbre, ya que me gusta asegurarme de que todo esté bien antes de la carrera. Analizo datos, charlo con los mecánicos y me preparo; lo normal. La atmósfera estaba cargada de anticipación y adrenalina. Todo parecía perfecto para un gran día de carreras.

Estaba bastante confiado de tener un buen resultado. Había clasificado en la cuarta posición, lo que significaba que iba a tener que esforzarme un poco para llegar primero. Además, tendría que enfrentarme a Max Verstappen, quien iba a salir justo por delante de mí. No es algo que me preocupe demasiado, pero siempre añade un toque extra de presión saber que tendré que superar a alguien tan competitivo como él.

La luz roja se apagó y la carrera comenzó. Los primeros giros fueron intensos, con los autos luchando por posición. Mi coche estaba respondiendo bien, y logré mantenerme en la lucha por los primeros puestos. Pero entonces, en la vuelta 35, sucedió.

Estábamos en la recta principal, alcanzando velocidades de vértigo, cuando sentí un golpe en la parte trasera de mi auto. Mi corazón se aceleró mientras luchaba por mantener el control. Max había intentado un adelantamiento agresivo, y ambos perdimos el control. Patinamos fuera de la pista y nos estrellamos contra las barreras de seguridad. El estruendo del metal contra el metal y los escombros volando por todas partes llenaron el aire.

F1 One-shots |Male Reader|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora