"𝑬𝒏 𝒆𝒔𝒑𝒆𝒄𝒊𝒂𝒍...𝒕ú..

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𝐄𝐯𝐚𝐧𝐠𝐞𝐥𝐢𝐧𝐚 𝐁𝐥𝐨𝐨𝐬𝐨𝐦

-¡Al carajo todos!- Bufó Max al enterarse que mi hermana, Emma no había sido convocada para el partido femenino de los Bayern y el Barça.

Esto era así, una familia dónde siempre tenía que existir la abundancia, supremacía, tener ese ego y nivel alto ante ciertas competencias, bueno éramos familia de 5 personas dentro del árbol familiar. Max, mi padre era un gerente de nivel alto en el colegio dónde yo estudiaba, digamos en palabras breves, el mandaba todo, ordenaba y se hacía lo que el decía por ser director de la institución entera. Yo, Evangelina pertenecía a un colegio privado, apenas 17 años y vivía de competir contra otros sabios en las matemáticas, ¿pero hasta qué punto, eh? no sé, me considero ágil, inteligente, amante de los números, y creó que es mi don. Compito por un puesto altísimo en mi institución contra los otros que suelen ser llamados nerd, cerebritos, como querrían, yo era una de ellos, sí única mujer que le hacía pie a los números, a mis compañeros, mis competencias, hasta pasar de nivel y competir con otro colegio.

Aún tenía la agilidad en todo, en especial en las matemáticas, había un juego por jugar y competir, obvio, el puesto N°1 en MAT. me encanta y amo éso, pero también quería dejar de un lado lo que me gustaba y solo competir, mi mente puesta en el premio mayor, el puesto y la cantidad de dinero que ganaría por ser la que llegó luego de todo, pero llego. Y prometí hacerlo.

Aún quedaban chicos de mi colegio por competir, pero al quien más odiaba era al egocéntrico Tom Kaulitz, ese vagabundo, asqueroso y horrible niño que quería controlar todo, lo estaba haciendo con todos por que eran unos idiotas que se dejaban manipular solo por que su padre es un empresario de textiles, me importaba poco a mí y mi familia, solo quería ganárselo y entregárselo en su cara, aquella cara que las mismas chicas se derritian por verla. Menos yo, tenía mis principios, mis modales y nunca andaría arrodillada por un hombre...poco y nada.

Es un hombre, y de esos existen muchos. No pensaba discutirlo, pero él y su ego sí.

-¡Evangelina, te hablo!- Gritó Max, espabilandome de mi corto trance que tuve. Todo por pensar en el inservible de extensiones.

Escondí una risa al oír ese apodo tan pedorro -Termine, provecho- Quise ponerme de pies, pero la voz de mi padre, Max me detuvo. -Si te oí, sabes que no soy como Emma. Nunca voy a ser una fracasada, una que caiga encima de un amorío y que quiera perder todo, y por un estupido hombre- deje en claro lo que quería para mi, ganar.

-Eso me gusta. No quisiera verte desfallecer al igual que Emma por un chico....cuando existen muchos, y mejores que ese chico inútil que juega fútbol por nada, solo por que su padre, el idiota de Gordon nos hace competencia. Y no por imagen, porque ya la tienen por declararnos la guerra...- Max, volvió atacar sentenciando está vez a mi hermana menor, Emma la que compite con todos, por todo pero tiene sus debilidades y es aquel chico, ese mismo gemelo menor de Tom, como los odio. Los detesto, ese mismo día que ambos se conocieron por un entrenamiento.

Bill es gemelo menor de Tom quién también juega fútbol, masculino pero tiene sus encantos, esos mismos que uso con Emma flechando su corazón y así arruinar su vida, ahora es más que una jugadora que corre detrás de ese Kaulitz idiota, y no por un balón. Uno que le daría futuro, pero la idiota decidió calentarse con ese hombre poco y nada.

-Permiso...- Me despido. Y subo a mi cuarto, encerrándome y empezar a ver los cuadernos de matemáticas I, debía saber más sobre mis números favoritos.

Antes prefiero darle otra breve introducion de mi otra mitad familiar; Max, Emma y yo estábamos, faltaba Lía mi madre, es una repostera que simplemente siguió su sueño, competir en mejor repostera, un mejor puesto y lo obtuvo, gracias a ello se ganó todo, aparte de dinero, fama y sobre todo su propio restaurante, generaba ingresos de sobra pero también vivía haciendo pasteles de todas las formas posibles, ella con mi padre vivían trabajando en sus respectivos labores, y nosotras sus tres hijas mujeres nos encargabamos de levantar más, y más aún nuestra imagen. Debíamos ser más que los Kaulitz, lo éramos y mi ego lo dice, somos incluso mejor que esos idiotas sin madres, en cambio yo tengo mi familia en lo alto y unida.

Por último la mayor, Isabella de 20 años quién trabaja de ingeniería, hacer más que casas e invertir muy bien su dinero en casas...humildes para ella y la familia. Ella por ahora el orgullo de mi padre, era su todo y su mimada, claro se recibió y no hace nada más que trabajar para ella sola y su propio esfuerzo.

Las quiénes estábamos aún compitiendo éramos yo y Emma, un puesto por quién consiguiese ese ascenso social, en todo y ser tan halagada como reconocida por sus logros. Mí emoción, entusiasmo por ser aquella persona más que consiga lo que quiera, era muchísima adrenalina que no venía la hora que llegase la competencia y podamos aplastar a los gusanos, pocos ingeniosos.

Está claro que soy la uno, única y más que todos pero quería demostrarles a todos. En especial....

¡Tú imbecil, Tom Kaulitz!













Holi, que cosaaaaa ¡PERDÓN! quise escribir algo, se me ocurrió algo y fue. Tenia que publicarlo, luego me arrepiento (como varios)

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Los leeré en los comentarios, les agradezco desde ya si votan o comentan, mejor si comparten esta historia.

(falta de ortografía, lo siento, POR EMOCIÓN LO SUBI SIN RELEER)

besos😘♥️ y las quiero.

𝚄𝚗 𝚜𝚞𝚌𝚒𝚘 𝚓𝚞𝚎𝚐𝚘|| 𝗧𝗼𝗺 𝗞𝗮𝘂𝗹𝗶𝘁𝘇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora