Recordé más de la cuenta

Prólogo

Quedar huérfano con tu hermana, no es una buena manera de conocer gente, más cuando lo último que quieres es ir a un orfanato sabiendo que hay más niños allí y se dieran a conocer mis pesadillas, si es que se le puede llamar así a sueños demasiados realistas de personas peleando.

Pero acá estoy junto con mi hermana Seika, hasta que unos niños se acercaron a mi, no recuerdo sus nombres pero hay uno que me llamo la atención, creo que se llama Shun y tiene mi misma edad, pero se siente como si lo hubiera conocido antes, lo cual es imposible porque jamás lo había visto pero aún así es como una sensación, casi como las de mis sueños, por lo que me presento, y supe que Shun tiene un hermano mayor llamado Ikki , y las otras personas se llaman Hyoga y Shiryu.

Luego está la hija del dueño de todo esto llamada Saori, la cuál dicen que es una niña malcriada, luego veo su actitud y digo que malcriada es un termino muy liviano para lo que es, pero aún así, tambien siento que no debería ser así, que se supone que es amable y dulce, pero todo lo que veo es lo contrario, y es como si a mí pecho le doliera todo esto.

Shun y los demás me distraen de andar pensando en esto, lo cual es bueno pero a la vez me queda una duda ahi, como si le debiera hablar, como si estuviera buscando que me recordara, que ya estaba acá de nuevo, y no lo hago, porque soy imprudente y aún así no puedo hacerlo, por lo que me dejó llevar por los demás.
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Ya ha pasado un tiempo desde que llegué, me separaron de mi hermana y no estoy en el mejor humor, también por si fuera poco nos quieren separar a todos a distintas partes del mundo para traer unas armaduras de algo, lo único bueno de esto, es que al oír este tema es como si la sensación que siempre siento cerca de Shun se expandiera, y es lo que quiero averiguar, pero Tatsumi y sus gritos no me dejan pensar en paz, como si alguien le hiciera caso de todos modos.

Después de un sorteo, mi papel dice que tengo que ir al santuario en Grecia, un instinto me dice que ahí encontraré algo, y mi otro instinto me dice que le diga a Shiryu que le mencione al maestro que le toque, que cumplí mi promesa, aunque ni siquiera sé con quien va a estar ni de que promesa estoy hablando.

Luego de pensarlo no le dije nada, aunque sería divertido hacerlo nada más para ver su reacción, escucho nada más en un estado inconsciente, algo sobre que Ikki se ofrece al lugar de Shun, y demás lugares, lo único que puedo esperar es que al menos nosotros volvamos de regreso.

Salgo para que me lleven al lugar que me toca y lo único que siento es anticipación..........y arrepentimiento por qué de verdad no se lo dije a Shiryu, de todos modos algo me dice que de alguna u otra forma lo haré, así que solo me concentro en mi camino, al menos tanto como puede hacerlo un niño de siete años como yo.