Capítulo 20

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"Y en medio de nuestros pasos, al ritmo de la música, encontré la belleza en los pequeños detalles: una mirada brillante, una sonrisa sincera, y la certeza de que, en sus brazos, cada momento se convertía en un recuerdo eterno

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"Y en medio de nuestros pasos, al ritmo de la música, encontré la belleza en los pequeños detalles: una mirada brillante, una sonrisa sincera, y la certeza de que, en sus brazos, cada momento se convertía en un recuerdo eterno.".-Aria

-Aria

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Aria

Desde que era pequeña mis padres siempre me decían que tenía que apreciar los pequeños detalles que nos daba la vida. Como era evidente, a mi edad, no comprendía en que querían que me fijara. Estuve un tiempo mirado a todos lados, estrujándome la cabeza, pensando a que se refería. Me acuerdo de que, frustrada, me acerqué a mis padres. Ellos estaban en el sillón, entrelazando sus manos, con sonrisas bobas que hacían que me dieran arcadas cuando era una niña. Mi madre me cogió en brazos y me colocó en sus piernas. Estuve un rato en silencio, organizando lo que les quería decir a mis padres. Otras de las lecciones que me dieron es que, siempre debía pensar antes de hablar, para así evitar que me agobiara al no encontrar las palabras que deseaba decir.

Estuve un tiempo en silencio. Era pequeña y mi mente iba a mil por hora. No sabía por qué me había frustrado tanto no fijarme o darme cuenta de los detalles de los que hablaban mis padres. Creo que más bien, estaba cabreada porque quería entender todo lo que me rodeaba, siempre había sido así de curiosa. Adoraba empaparme de toda la sabiduría que las personas me podían trasmitir, adoraba la manera en que, algunas personas poseían sus propios gestos corporales para darle más ímpetu a su discurso, era fascinante lo complejo que éramos los seres humanos.

Tras meditar lo que quería decir, miré a mis padres. Ellos siempre esbozaban sonrisas amistosas, esas que te calientan el corazón, que te hacen sentir segura.

Siempre había encontrado esa seguridad en los brazos de mis padres a pesar de que, mi padre viviera lejos de mí, pero, sabía que, si tenía algún problema, él me ayudaría, sin dudarlo, con los ojos cerrados y también sabía que nunca me dejaría caer, del mismo modo que mi madre.

—Cuando me dijisteis que me fijará en los pequeños detalles, no sé a qué os referís...¡Es tan difícil! Que me frustra —mascullé, haciendo que mis padres soltaran una sonora carcajada.Mi padre tenía la risa más bonita del mundo, y mi madre, su sonrisa. Eran dos personas que destacaban a donde iban, quizás, eso lo había heredado de ellos. 

Perdona Si Te Llamo Amor-Primer Libro De La Saga: Perdona Si Me Enamoro-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora