Te conozco de atras...

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Estaba agobiado e incómodo. Para la madre de Daniel literalmente yo era un cero a la izquierda, mientras que para su padre era... era mucho más.

Las miradas fugaces del Sr. Alberto me perturbaban al igual que su calma y mas aún cuando la hermana de Daniel también se sentó junto a nosotros.

El Sr. Alberto tenía a su esposa a un lado y a su hija del otro, esperando ver la graduación de Daniel y aún así podía sentir cómo su atención también se dirigía hacia mi.

De pronto todas las imágenes de él conmigo en la cama regresaron a mi memoria, las cosas sucias que me dijo, lo que yo le decía solo por complacerlo y el dinero que me pagó.

Cómo vería a Daniel a los ojos? — no dejaba de preguntarme.

Me levante y fui al baño para lavarme la cara y tratar de despejar mi mente, pero era en vano.

Allí frente al lavado con la cara húmeda llegaban los destellos a mi mente del Sr. Alberto penetrandome frente a los espejos en la habitación del motel, sus gemidos y... los míos.

Explicar lo que siento en este momento es muy difícil, es una mezcla de vergüenza, asco, decepción con un toque de frustración.

—Hola muñeco! ...Esto si que es una agradable sorpresa!— dice el Sr Arberto luego de entrar al baño y verme frente al espejo.

—Disculpe debo salir...— respondí tratando de huir, cosa que él evito tomándome del brazo diciendo,

—No te preocupes y no me trates de usted que yo te conozco de atrás...— dice cínicamente y agrega acercándose a mi oído,

...nadie tiene que saber nuestro secreto, llevaba meses buscándote ansiando volver a verte en la parada donde te encontré aquella vez.—

(Parada a la que nunca regrese gracias a Daniel, pues el  siempre estuvo puntual para buscarme al salir del trabajo)

—Eso fue un error... por favor suélteme!

—No bebe... tu me dijiste que te gustaba duro, mira cómo me tienes!— dice mientras recuesta su abultado entrepierna a mi pierna, y continúa,

...para mi eso no fue un error, es más... tus deliciosos gemidos se quedaron grabados en mi mente... mmm... hueles a vainilla!

Cuando Alberto dijo eso, me altere muchísimo, mis nervios me traicionaron, me congelé y comencé a llorar en tanto sentía su otra mano acariciar mi espalda.

Cómo fui capaz de acostarme por dinero con este señor? Que clase de persona soy? Pues una PUTA callejera!!! ni más ni menos...— me reprochaba en mi mente.

—Cálmate Martín... no te asustes, cómo te dije sera nuestro secreto. Yo puedo darte lo que me pidas, lo último que quiero es que te sientas mal, dime... que necesitas? ...Más dinero? — dijo mientras el trató de secar mis lagrimas, momento en el que logre zafarme y responder,

—Solo quiero que me dejes en paz!—

—Si lo que quieres es aumentar tu tarifa... estoy dispuesto a triplicarla, el dinero no es problema, pero ya deja el drama!!!—

—Eres una mierda!!!— le grité antes de salir corriendo con la intención de irme a mi casa.

Pero al llegar a la puerta del auditorio me detuve.

—Que hago? Si me voy... que le dire  a Daniel?  El tampoco se merece esto y menos hoy...— pensé y después escuché,

"Último llamado, en 5 Minutos se cerraran la puertas para dar inicio a la ceremonia"

Entonces decidí regresar a mi asiento con los nervios y el terror que se puedan imaginar, sin embargo al llegar pude notar que el papá de Daniel aún no regresaba y podía escuchar como su esposa se quejaba con su hija debido a eso.

En el último segundo justo cuando cerraban las puertas Alberto llegó y se sentó,  pero tenía una expresión rara en la cara. Parecía como  preocupado, molesto o consternado. 

Si actitud era muy diferente, tanto que durante  la ceremonia ni me miró, algo que por supuesto me calmo un poco pero me  preguntaba a qué se debía ese cambio tan drástico, si desde el primer momento en el que me vio fue tan descarado y a su vez natural como si todo fuero un simple juego.

De pronto escuché el nombre de "Villanueva Daniel" era su turno para recibir su diploma y se veía tan lleno de orgullo, lindo y feliz.

—...mierda!— pensé, asumiendo que realmente la cague.

Al rato también llamaron a Samir, quien al momento de recibir su titulo me miró, me sonrió, me señaló con el título para luego besarlo, dejándome cómo... que fue eso?

Samir se ve diferente o serán ideas mías? Ese gesto fue para mi?  Si es así, eso  fue muy... muy público y no creo que solo yo lo notara.

De pronto los murmullos de la Sra Sofía y su hija robaron mi atención.  Estaban  exaltadas y fue cuando noté que  el papá de Daniel ya no estaba en su asiento.

A donde iría? Aún no termina la ceremonia, será que se marchó? La Sra. Sofía se veía bastante molesta mientras su hija  tratando de ignorarla me preguntaba,

—Sabes por donde saldrá Daniel?—

—Los graduandos esperan afuera a los familiares mientras se organizan para las fotografías. En cuanto finalice la ceremonia todos ellos estarán en los jardines y es allí donde todos nos encontraremos.— le explique.

—Por cierto, mucho gusto soy Ariana la hermana de Daniel—

—Mucho gusto...— le respondí amable  y entonces directamente me preguntó,

—Ese que te señalo con el título es tu novio o familiar?—

—No, no, no, para nada, eso no fue conmigo...- respondí algo incómodo.

— Seguro? ...Y con quien sería entonces?  ...es que ese hombre es tan divino!— susurró y agregó,

...él es amigo de Daniel, lo he visto un par de veces pero es tan creído que no lo soporto, aunque si necesitara el favor mientras no hable yo se lo hago— me confiesa con picardía como si fuéramos amigos de toda la vida.

Su comentario me causó gracia pues en algún momento también llegué a fantasear con tenerlo como juguete sexual, por supuesto cuando creía que jamas me miraría con otros ojos.

—Que no te escuche... quizás  te toma la palabra— le respondí entre risas tratando de no entrar en detalles.

La Sra. Sofía vuelva a susurrarle algo a Ariana y está le responde con tono de fastidio,

—No se y no me importa...—

Es más que evidente que su relación es complicada. Ariana parece ser una chica extrovertida con aire intelectual, independiente y mucha personalidad algo que contrasta con todo lo que transmite su mamá.

Por otra parte, en segundo plano seguía deseando que la ceremonia jamás terminara para no tener que afrontar la realidad, jamás vería igual a Daniel pues siempre estaría  su papá en mi mente.

De esclavo a tú tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora