RECONCILIACIÓN | DRENG

único

Cheng se sentía celoso... Muy celoso para ser exactos, su pecho ardía, sus manos picaban y deseaban rodear el cuello de aquel rubio que osaba tocar a su lindo moreno.

Dre reía mientras Harry hacia trucos con la pelota de básquet alrededor de él.

—Cheng, vamos —Liang llamó la atención de Cheng tocándole del brazo pero este aún así no apartó su mirada de la molesta escena que tenía en frente.

—Adelántense, luego los alcanzo.

Con eso dejó a su amigo ahí para caminar directo a lo que le provocaba tanta molestia.

Interrumpió la escena tomando el antebrazo de Dre poniéndolo unos pasos detrás de él para hablarle cara a cara al rubio.

—Mantén tu cuerpo y presencia lejos si no quieres que te deforme la cara contra el piso —habló agresivamente.

—Cálmate Cheng —contestó el rubio que ya lo conocía.

—Calmado voy a estar cuando no vuelva a verte la cara.

No dijo más nada, solo jaló al moreno consigo a un callejón y sólo estando ahí lo soltó.

—¿Ya me cambiaste tan rápido? —preguntó buscando la mirada café del chico.

—Eres un idiota.

—Un idiota al cual te encantaba besar —sonrió con diversión.

—Ya rompimos Cheng, no te importa con quién ande.

Cheng frunció el ceño y cómo Dre aún seguía sin verlo a los ojos tomó su mentón para obligarlo a verlo.

—Tú rompiste conmigo, cariño. Yo aún sigo detrás de tí y no te voy a dejar en paz, menos voy a dejarte con el inútil de Harry, es un cualquiera.

—Él no me hace pasar pena con sus ataques de celos.

—Te encanta que te cele.

—No me encanta estar a un lado tuyo esperando que termines de partirle la cara a alguien porque crees que tiene otras intenciones conmigo.

Cheng lo terminó por acorralar en la pared que estaba a pocos centímetros de la espalda de Dre.

—Tú me perteneces, precioso —acarició su mentón suavemente.

Dre suspiró sintiéndose apretado entre Cheng y la pared. Cheng lo veía con una mirada hambrienta y no ayudaba la diferencia de altura entre ellos, porque solo podía verlo a él.

—Vuelve conmigo —pidió en voz baja acariciando sus trenzas con suavidad. Una suavidad que ponía los nervios de punta al mas bajo— Se que me extrañas.

—Eso no es cierto.

—¿No, Dre? —Cheng sonrió incrédulo y la mano que tenía libre la paso por todo el costado izquierdo del moreno hasta llegar a su cadera, apretando esta zona y juntándola con su cuerpo— Nadie mas podría hacerte sentir como yo lo hago.

—Harry lo hace.

Una carcajada salió de los labios del asiático haciéndole saber a Dre que no había caído ni un poco.

—¿Ves como te encanta que te cele? —preguntó dando leves apretones a su cadera— Tranquilo, ya puedes decirle a ese idiota que tienes novio otra vez.

Los labios de Cheng atraparon los suaves labios de su moreno, quien suspiró y se dejó llevar sin objeciones. Claro que Dre lo extrañaba, nadie podría sustituir a Cheng.

Ahora ambas manos del asiático sostenían las caderas y espalda baja de Dre, mientras que este tenía sus brazos rodeando el cuello de su novio. La húmeda lengua de Cheng invadió la cálida boca del moreno provocando un leve temblor en sus piernas por la sensación de excitación en su cuerpo. 

Dre trató de separarse del beso antes de entrar en una situación de la que no pudiese salir después, pero el mas alto mordía su labio inferior y lo apretaba mas contra si para evitar que lo hiciera.

—Quiero besarte mas —susurró en queja sobre los labios mojados de su novio debido al beso.

—Estamos en la calle, nos pueden descubrir.

—Me importa un carajo que alguien nos vea, te quiero a ti.

Dre rió al ver la cara lastimera que cargaba su novio.

—Ríete todo lo que quieras ahora, cuando te tenga a mi merced llorarás de todo el placer que te daré.

A pesar de la piel morena de Dre, se pudo notar  un gran sonrojo en su cara y orejas.

—¡Cheng! —chilló.

—Exacto, así me dirás, bebé —sonrió divertido ganándose una mala mirada de su novio.