UNA MUERTE COMPENSA LA OTRA

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Soy Aiden Williams, un adulto joven de 18 años que nació en Japón, más concretamente de Tokyo, pero esto paso cuando era un simple adolescente de 14 años. Era de estatura media con el pelo blanco, ojos azules muy claros y el tono de piel también claro con un par de cicatrices en los brazos, tengo albinismo, al igual que mi madre. A la gente le parece raro el albinismo, en parte lo es, pero por otra parte se siente mal que tanta gente ni se me acerque por eso, y por tercera parte da gracias a eso ya que así conocí a Leandro Wizart, mi mejor amigo. Leandro es un poco revoltoso, pero es buen tipo, si no ¿por qué se me hubiera acercado? De igual forma Leandro se me acercó diciéndome que tenía el pelo bonito, desde ese momento comenzamos a hablar más seguido. Decidí ir al mismo instituto que él para no sentirse solo, pero un problema con eso, Morgan Zamir, un chico que me pone de los nervios no es que me moleste a mí, pero molesta bastante a Marco Rossi, un amigo suyo de la infancia, pensé que Morgan solo lo molestaría y ya, pero estaba muy equivocado.

Un día soleado y aire fresco, un tiempo perfecto para muchos, para cierta persona albina ese día fue su perdición. Marco salía de un entreno de futbol como de costumbre, pero por desgracia se encontró de frente en un callejón con Morgan, quien empezó a intimidar como siempre a Marco, pero esta vez de forma diferente y más brusco de lo normal. Empezó a golpearlo cada vez más fuerte, y claramente Marco no se dejaba y le devolvía los golpes de la misma forma, pero eso no compensaba que Morgan era mejor en sentido de peleas, pero esto ya no era una simple pelea....

Morgan sacó un arma blanca, en cuestión de unos minutos Marco yacía en el suelo con una apuñalada profunda en el abdomen lo cual no permitía que se moviera, y como no hubo ningún testigo presenciando eso no pudieron llamar a la ambulancia ni a la policía, por desgracia murió ese día desangrado en las frías calles de Shibuya.

Días después en el instituto rondaban rumores de como murió Marco, si bien se sabía fue por una apuñalada, nadie sabía quién fue. Estaba en mi clase sin hacer caso a la profesora, mientras que Leandro miraba a la ventana, ambos decaídos. Era la hora del recreo, la hora en el que todo el instituto hablaba de la reciente tragedia, ya me tenían harto con todo lo que se difundía, sin hablar de que la mayoría dice cosas falsas y de las que no tienen idea alguna, si no saben que paso no deberían decir lo primero que piensan. Que rabia me da esta gente.

-No te lo tomes personal Aiden, son solo comentarios - intento calmarme Leandro ya que según él se me iba salir la vena de la frente.

-Son comentarios hacia un difunto, y no solo eso, ese difunto es mi amigo, no puedo dejar que hablen así de él. ¡Por dios entiéndeme! – grite ya harto de todo.

-Se por lo que estas pasando, yo también soy amigo de Marco, se ese dolor, pero tampoco podemos hacer nada, no podemos callarlos ni tampoco es como si pudiéramos matar al que asesinó a Marco – Leandro pasó un brazo suyo por mis hombros para que de cierta forma pudiera sentir su apoyo.

- ¡Gran idea! ¡Lo mataremos! – pude lograr distinguir a personas a lo lejos mirándome mal por lo que grité. - ¡Que miráis! – grité algo alterado.

Primero, no hace falta que grites, segundo, ¿En qué momento dije yo que mataríamos a ese tipo? ¡No seas idiota! – me dio una leve colleja.

¡Mira quien grita ahora! – me burlé de Leandro.

Estuvimos todo el recreo hablando de cosas cotidianas, sobre todo para distraerme de todo lo relacionado con Marco. Por desgracia en ese preciso momento apareció Morgan a molestar como siempre, y ahora con la reciente muerte de Marco, comenzó a molestar con eso. ¿Quién se cree ese imbécil para decir tales cosas? Ojalá muera de la misma forma, o peor...

Era por la noche, no podía dormir últimamente, y creo saber el porqué. Miré a mi escritorio al lado de mi armario donde se encontraba un omamori morado con detalles dorados (el omamori es un amuleto japones que se tiene la creencia de que atrae la protección y la buena suerte de quien la posee) que me regalo Marco días antes de su muerte, me parece irónico el significado del omamori, se supone que protege y da buena suerte, parece que no siempre es así.

Una muerte compensa la otraWhere stories live. Discover now