Caminando por los llanos escoceses, sintiendo la hierba en mis dedos, fresca, impregnada de un rocío qué acababa de caer.
Respirando el aire salado que llegaba desde el mar. Una mañana de primavera donde solamente oía el canto de las ramas y las flores danzar.
A lo lejos lo veo a él, llevando a las ovejas a pastar mientras traía consigo una gran vasija para juntar los huevos de nuestras pequeñas gallinas.
Ojos azules, sonrisa dulce y amorosa. Braden era su nombre, sus padres amigos de los míos, niñez que compartimos y adolescencia en donde descubrimos sensaciones nuevas y supimos que ahí nos quedaríamos.—Catriona, levántate, dios, ya son las diez de la mañana y aun sigues durmiendo.
No, no, no, dios.
No otra vez.Con una tristeza y dolor en mi pecho me siento al borde de la cama, viendo mis pies, con la sensación de haberlo perdido de nuevo.
Como si nuevamente estuviera de luto.Braden, a quien solo veo en mis sueños, y a veces, tengo la sensación de que lo perdí y jamás volveré a verlo. Siento que estoy enloqueciendo, noche tras noche, distintas épocas. Distintas edades y formas de amar.
Pero el siempre está ahí, nunca es el mismo nombre, cada sueño es distinto y aún asi sigo reconociendo esos ojos azules. A veces solo deseo volver a dormirme porque es ahí donde encuentro el amor y la paz que necesito.
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EN OTRA VIDA
SpiritualAlguna vez en la vida escuchamos hablar, dijimos, o simplemente pensamos, ¿hubo otra vida? ¿viví la vida que quise? ¿conocí el amor de mi vida? Yo si... no recuerdo el momento en el que comencé con estos pensamientos e ideas. Solo llegaron una noche...