Quiebre

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Despertó sintiéndose renovado, pero el peso en su corazón no le dejaba olvidar que ese día sería su cumpleaños número 5 y él estaría completamente solo.


Suspiro y se arregló, lo más probable es que no lo hicieran bajar, pero en caso de que hubiera algún funcionario en la fiesta daría buena imagen que Hadrian, como el heredero oficial de la familia Potter (cosa que hacía enfurecer a su padre) bajara a saludar.


Terminó de cambiarse con una túnica de gala negra con bordados dorados y se sentó en su cama con la vista fija en la pared, podía escuchar al resto de la familia despertar y a los elfos ponerse a trabajar, revolvió su cabello en un intento de distraerse, tenía hambre, pero si pedía comida a los elfos y ellos dejaban de arreglar las cosas él sería castigado y no quería ser castigado por tonterías.


Otro suspiro escapó de sus labios antes de pararse y decidir que se pondría a leer para ignorar su hambre, se acercó a las repisas llenas de libros y se puso a repasar los títulos, realmente se había leído todos y cada uno de los libros de la mansión, incluidos algunos de la biblioteca Black que Sirius le había regalado.


Aburrido, tomó un libro sobre aritmancia y se sentó en su escritorio a leerNo habían pasado ni cuatro minutos cuando su puerta fue abierta de forma abrupta, sobresaltado giró la cabeza para mirar a su padre.


-¿Si, padre? -Hablo para saber el porqué de su presencia


-Baja, estarás en la fiesta, viene el ministro y varios miembros del wizengamot y desean conocer al futuro Lord Potter -Explicó su parte con furia -Ni se te ocurra hacerme quedar mal...¿Leíste todos los libros de etiqueta que te ordene?


-Si, lo hice padre -Contestó sumisamente


-Bien... una sola falta y no tendré reparos en castigarte con magia -Amenazó haciendo que el menor se tensara


-Entendido -Asintió


El mayor lo tomó del brazo y lo sacó de su habitación con furia, aventándolo contra la pared del corredor, mientras volvía a caminar y se ajustaba la corbata para poder bajar al gran salón donde sería la fiesta


-¿Qué esperas? -Hablo sin verlo


El menor se apresuró a seguirlo y a poner una sonrisa educada en su rostro.


El salón principal ya estaba lleno de gente, su padre puso su mano en su hombro y empezó a guiarlo entre la gente, llegaron con un grupo de hombres y mujeres que estaban sentados bebiendo whisky de fuego.


-Caballeros, Damas, Les presento a mi hijo mayor, Hadrian, el futuro Lord Potter -dijo James con una sonrisa perfectamente ensayada


-Bien conocido Heredero Potter -Respondió una mujer mayor después de en silencio incómodo asintiendo hacia el menor mientras extendía su mano


Hadrian inclinó la cabeza con respeto y tomó la mano de la mujer para depositar un casto beso en sus nudillos

Hadrian Salazar Riddle Y El Legado HeredadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora