52- Evidencia

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Tony se acomodó en la silla frente a los periodistas, su sonrisa era la imagen de la confianza. Las cámaras comenzaron a rodar y las preguntas fluyeron, superficiales al principio, pero luego más incisivas. Uno de ellos se levantó y Tony le dió la palabra, sin esperar la pregunta.

— Señor Anderson, su matrimonio con la señora Anna ha sido un ejemplo para muchos. ¿Qué nos puede decir al respecto?- , preguntó el entrevistador.

Con una sonrisa ensayada, Tony respondió: -Anna y yo estamos mejor que nunca. Nuestro matrimonio es sólido, ella ha sido mi pilar y mi apoyo desde que empezamos a salir. - respiró hondo, pidiendo que Bell no viera aquella entrevista- No me imagino con otra mujer que no sea ella. - mintió.

El periodista asintió, pero su expresión cambió ligeramente. - Interesante, porque una fuente cercana afirma que no es así. Nos han dicho que están separados y que incluso hubo infidelidad de tu parte con una joven de 26 años, con la cual aún mantienen una relación y se le ha visto a su lado como su asistente.

Tony parpadeó, sorprendido. -Eso es completamente falso.

-De hecho- continuó el periodista, - fotografías de usted con la joven fueron publicadas en línea justo ahora.

La sonrisa de Tony se desvaneció y su rostro se endureció. -Esa es mi vida privada y no tiene nada que ver con mi capacidad para liderar.

Los periodistas se lanzaron como aves de presa, sus preguntas afiladas como cuchillos.

-Señor, si no puede manejar su matrimonio, ¿cómo puede esperar manejar un país?- gritó uno.

-¿No es hipócrita hablar de valores familiares mientras tienes un affair con alguien 20 años menor?-, acusó otro.

Las palabras eran como dardos envenenados, y cada una encontraba su marca.
-No tienen derecho a juzgar mi vida personal,- gruñó. Pero las cámaras seguían rodando, capturando cada momento de su caída en desgracia.

El daño estaba hecho. Con un gesto brusco, Tony se levantó y abandonó el set. Subió a su auto, dejando atrás un aire de escándalo y muchas preguntas sin responder. Tomó su teléfono y marcó a su asesor.
- Quiero que busquen a Bell, ha pasado ya una semana y no hay señales de ella, la necesito.

...

...

Kai y Blair estaban cada vez más preocupados por Bell. Según su padre, ella estaría lejos solo por una semana, pero había pasado ese tiempo y no había señales de ella. Ambos habían estado llamando a residencias y hoteles, pero Bell no estaba registrada en ningún lugar.

-Voy a preguntarle a Gustab si sabe algo -dijo Blair con determinación.

-¿Estás segura? Podría empezar a sospechar de ti -respondió Kai, la preocupación evidente en su voz.

-Sé cómo hablarle a mi padre. Confía en mí -aseguró Blair, intentando transmitir confianza.

Justo cuando Blair iba a marcar el número de su padre, se detuvo y miró a Kai. La confianza que él depositaba en ella la hacía sentir culpable.

-Kai, tengo que confesarte algo -dijo con voz temblorosa.

Kai la miró con atención, sus ojos reflejaban una inocencia que no había perdido.

-Puedes decirme lo que sea -respondió él con suavidad.

Blair tomó una profunda respiración antes de revelar su secreto.

-El día que atropellaron a Bell... yo contacté a Oliver para que la citará en esa plaza y contraté a un hombre para que la atropellara -confesó con los ojos llenos de lágrimas.

Two Faces (Evan Peters Y Kai Anderson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora