Capítulo 7: La cita

444 21 0
                                    

La tarde en Barcelona estaba en su punto más encantador cuando Alexia y Elena finalmente se encontraron en la cafetería. El sol brillaba suavemente, creando un ambiente cálido y acogedor en la terraza. El lugar estaba decorado con plantas verdes y flores coloridas, y el sonido de las conversaciones y el tintineo de las tazas de café creaban un fondo relajante.

Elena llegó a la mesa con una sonrisa que reflejaba una mezcla de nervios y emoción. Alexia se levantó para recibirla, y ambas se saludaron con un abrazo amistoso que parecía romper cualquier barrera restante.

"Hola, Alexia," dijo Elena, sintiendo que su corazón latía con fuerza. "Espero no haber llegado tarde."

"Para nada, estás justo a tiempo," respondió Alexia con una sonrisa amplia. "Me alegra verte."

Se sentaron en la mesa, y pronto un camarero se acercó para tomar sus pedidos. Ambas optaron por bebidas refrescantes: un té helado de limón para Alexia y un café frío para Elena. A medida que esperaban sus bebidas, comenzaron a conversar de manera natural, casi como si se conocieran desde hace mucho tiempo.

"Entonces, ¿cómo estuvo tu día en el hospital?" preguntó Alexia, genuinamente interesada.

"Fue bastante ajetreado," respondió Elena, sonriendo. "Pero logré terminar todo a tiempo, así que estoy feliz de poder estar aquí ahora. ¿Y tú? ¿Qué tal tu entrenamiento?"

"Intenso, como siempre," dijo Alexia riendo. "Pero me gusta mantenerme activa. Además, siempre es un buen escape del estrés."

Las bebidas llegaron, y ambas tomaron un sorbo, disfrutando del sabor refrescante. La conversación continuó fluyendo con facilidad, tocando temas como sus familias, sus pasiones y sus experiencias de vida.

"Siempre he admirado a las personas que dedican su vida a la medicina," dijo Alexia, mirándola con admiración. "Debe ser increíblemente gratificante."

"Lo es," respondió Elena, asintiendo. "Pero también puede ser agotador. A veces es difícil desconectar del trabajo, especialmente cuando te llevas a casa las preocupaciones de los pacientes."

Alexia asintió, entendiendo perfectamente. "Me imagino. En el fútbol, aunque es físicamente demandante, puedo dejarlo todo en el campo. Pero tu trabajo es tan... personal."

Elena sonrió, agradecida por la comprensión de Alexia. "Sí, es una gran responsabilidad. Pero también me encanta poder ayudar a la gente. Es lo que siempre quise hacer."

A medida que la conversación avanzaba, ambas mujeres se sentían más cómodas y relajadas. Hablaron sobre sus hobbies y sus sueños, descubriendo más similitudes de las que esperaban. Alexia compartió historias divertidas de sus viajes con el equipo, y Elena contó anécdotas interesantes de su tiempo en la universidad y en el hospital.

Sin embargo, aunque disfrutaba de la conversación, Elena no podía evitar sentir una sombra de preocupación por los mensajes de Marco. Cada vez que su teléfono vibraba en su bolso, su corazón se aceleraba, temiendo que fuera otro mensaje de él. Decidió ignorar las notificaciones, concentrándose en el momento presente con Alexia.

Alexia notó la tensión ocasional en el rostro de Elena y, aunque no mencionó nada, decidió hacer un esfuerzo adicional para mantener la conversación ligera y agradable. Habló de su amor por los animales y sus planes futuros en el fútbol, esperando que esto ayudara a Elena a relajarse.

"¿Te gustan los animales?" preguntó Alexia en un momento dado.

"Sí, me encantan," respondió Elena con una sonrisa. "Siempre he querido tener un perro, pero con mi horario es complicado."

"Lo entiendo. Yo tengo un perro, y es una gran compañía," dijo Alexia. "A veces lo llevo a entrenar conmigo. Es como mi pequeño asistente personal."

Elena rió, imaginándose la escena. "Debe ser adorable. Me encantaría conocerlo algún día."

La conversación siguió fluyendo, y ambas se dieron cuenta de lo bien que se complementaban. La conexión que habían sentido en la gala se había fortalecido, y a pesar de los nervios iniciales, se sentían más cerca la una de la otra.

Elena, a pesar de la preocupación constante por Marco, se encontró disfrutando de la compañía de Alexia. Había algo en ella, una calidez y sinceridad, que hacía que Elena se sintiera segura y valorada. Mientras tanto, Alexia se sorprendía de lo mucho que le importaba Elena en tan poco tiempo. Había algo en su combinación de fortaleza y vulnerabilidad que la había cautivado por completo.

La tarde avanzaba, y el tiempo parecía volar. Las risas y las historias continuaban, y ambas mujeres se sentían cada vez más conectadas. Aunque la sombra de Marco aún rondaba en la mente de Elena, decidió no permitir que eso arruinara el momento. Por primera vez en mucho tiempo, se sentía verdaderamente feliz y emocionada por lo que el futuro podría deparar.

Alexia, por su parte, no podía evitar sentirse agradecida por haber dado el paso de invitar a Elena a salir. Sentía que había encontrado a alguien especial, alguien con quien realmente quería explorar una posible relación. Y mientras las luces de la tarde comenzaban a suavizarse, ambas sabían que esta cita era solo el comienzo de algo hermoso.

Ecos de Amor  - Alexia Putellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora