𝐏𝐚𝐭𝐞𝐫𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝 || KokuDou [Bl] [Libro 2]

➽Paternidad; Barriga

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Ya es el final del tercer mes, donde ahora los inicios del cuarto mes comienzan.

─¡He dicho que a fuera!.─la voz calmada de douma resonó secamente en el cuarto de la fortaleza infinita. Todos en aquél lugar se quedaron quietos, incluso muzan.─; ¡Son tan irresponsables, me hacen enojar!. Recojan lo que han hecho, ahora.

Gyokko, que sin querer, había provocado el enojo de akaza, mantuvieron una pelea, mientras douma y kokushibo revisaban unos regalos de gyutaro. Era la primera vez que el demonio gélido demostraba una expresión agresiva.

Muzan que estaba por ingresar a ver el chequeó del embarazo del oji arcoíris. Retrocedió y en silencio le pidió a nakime que lo sacará de ese lugar, así al menos no se llevaría un enfrentamiento con la furia de un embarazado.

─¿Estás enojado?...

La pregunta de akaza hizo que douma frunciera más su ceño, de tal manera que incluso el aire se sentía pesado y frío, el demonio rubio poseía sus abanicos en sus manos, provocando que pequeñas escarchas se posaran en su ropas, las cuales cubrían cada pequeño extremo de su existencia, incluso del tatami.

Akaza bajo la cabeza y continúo recogiendo los trozos de madera que tiró y rompió, kokushibo se mantenía al margen, no queriendo provocar la furia de su pareja. Gyutaro se estremeció suavemente, caminando con cuidado para quedarse detrás de kokushibo, lo mismo realizó daki. Gyokko solo se mantenía callado, ordenó y se quedó escondido en su jarrón junto al demonio de las emociones.

─Esperó y sea la última vez que presencié algo así. Ya son adultos, MUY adultos.

Aclaro el rubio, se dio la vuelta para continuar apreciando sus regalos en su cuarto. Kokushibo suspiro bajito, tomó algunas cajas y les dijo a los menores que se quedasen ahí, para hablar un momento junto al oji arcoíris.

─¡Vez, debiste quedarte quieto!.─gruño bajamente akaza, sentado y cruzado de brazos como de piernas.

─Tks, insulto mi arte.─se quejo gyokko, donde una caricia fue a parar en su cabeza gracias a hantengu. Quién le pidió en silencio que se mantuviera callado.

─Akaza - san, ya cállese.─pidio daki.

Se mantuvieron en silencio hasta qué kokushibo se acercó. Daki se levantó y lo miro insistente, pidiendo ingresar al cuarto junto al oji arcoíris, gyutaro también decidió ingresar. Cuando ambos hermanos ingresaron al lugar, douma se encontraba recostado en un cojín gigante que poseía, acariciaba con cuidado su vientre abultado, pareciendo querer dormir.

─¿Que pasa ahora?.

Douma miro a los menores, daki se acercó y acaricio el vientre, gyutaro se acercó también, sentándose a un costado.

─No es bueno enojarse. Es decir, akaza - san también tuvo la culpa, junto a gyokko, pero no creo que sea importante enojarse.

─Lo sé. Simplemente, me dió algo...no entiendo que paso en ese momento.

Douma suspiro suavemente, masajeo su cien. Se sentía extraño esos días, percibía cosas que antiguamente nunca sintió, ¿Serían sus hijos?, tal vez, pero ahora solo estaba intentando relajarse, kokushibo era el mayor así que se encargó de poner orden, el debía descansar por su condición.

─Si gritas mucho, seguro que nuestros otōto - tachi saldrán enojones.─dijo daki, haciendo un puchero. Gyutaro le siguió el juego.

─Y luego habrán dos minis akazas gritando y chillando.─dijo gyutaro.

─¡Oh peor!, que tengan carita de kokushibo - sama. ¿Imaginan sus caritas?.

Douma sonrió levemente, se relajó al imaginar esas cosas, si bien no eran tan graciosas le subieron el ánimo. No tenía nada en contra de akaza pero sin duda que a veces le saca de sus casillas.

Cuando paso una hora. Ambos hermanos salieron y akaza ingreso, parecía molestó, pero se contuvo.

─Akaza...

─No vengas a regañarme.─se quejo akaza, observó la barriga gordita del rubio, suspiro levemente y miro al oji arcoíris.─; lamento haber roto las paredes...

─Ya eres mayor. ¡Incluso más que yo!.

Bufo douma. Se cruzó de brazos y se cubrió su vientre con el haori morado de kokushibo, akaza asintió levemente y se acercó al rubio.

─¿Pero ya no estás enojado...verdad?.─pregunto akaza, acercándose a acariciar el vientre del rubio, quién suspiro levemente, asintiendo.

─Gyutaro ha dicho que no debo enfadarme.

─Lo sé. Dicen que saldrán enojones los bebés...pero oye, kokushibo es demasiado gruñón aún así.

Douma soltó una pequeña carcajada. Kokushibo desde la lejanía agradecía que el oji arcoíris estuviera más calmado, honestamente se preocupó por los cambios de actitudes.

Una vez que akaza se sintió mejor sobre el tema que sucedió por (también su culpa) Se retiró e ingreso kokushibo, quién le sonrió suavemente a douma, quién estaba acariciando el abultado vientre.

─¿Mi pareja se siente mejor?.

─Si, un poco si.

Douma sonrió amigable. Estiró sus brazos, kokushibo captó el pedido y se acercó al cuerpo de su pareja, quién lo abrazó, realizó lo mismo aún que con algo de cuidado, pues el vientre podría ser aplastado.

─Mis hijos...─comentó kokushibo, captando la completa atención de su pareja.─; Serán fuertes y...cariñosos.

Douma río suavemente, la mano grande y fuerte de kokushibo acariciaba tan suavemente, como si el vientre tratase de un fino objeto el cuál cuidar con mucha delicadeza.

─Cuando nazcan, me gustaría acunarlos por igual.─la voz de kokushibo crea pequeña vibraciones aún que no se noten, las cuales son captadas por sus hijos, quienes al escucharlo continuamente, se remueven y patean.─; Mh...

Kokushibo se inclina suavemente, está vez para dar un besó cariñoso en el vientre del rubio, quién sonrió dulcemente. La voz de kokushibo se escucha ronca, fuerte y suave a la vez, hace que los pequeños se remueven, añorando aún escucharlo, pues los latidos de quién es su madre se agitan, manteniéndolos atentos e inquietos.

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