Capítulo 10: Magia del Fútbol

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El fin de semana había llegado con un clima perfecto para el fútbol. Alexia, la estrella indiscutible del equipo local, había invitado a Elena a acompañarla en uno de los partidos más importantes de la temporada. Para Elena, quien se encontraba bajo la sombra persistente de las amenazas de Marco, la oportunidad de disfrutar de un día dedicado al deporte y la compañía de su amiga era un alivio bienvenido.

El sábado por la tarde, Alexia llegó puntualmente a recoger a Elena en su auto. Ambas se dirigieron al estadio, donde la atmósfera estaba cargada de emoción y anticipación. Elena observaba a su amiga con admiración mientras conducían, impresionada por la determinación y el compromiso que Alexia mostraba tanto en el campo como fuera de él.

"Estoy emocionada de verte jugar hoy", admitió Elena, tratando de dejar a un lado las preocupaciones que la habían estado acosando.

Alexia sonrió con gratitud. "Gracias por venir, Elena. Significa mucho para mí tener tu apoyo aquí".

El estadio se levantó ante ellas como un coloso, lleno de colores vibrantes y el murmullo de los fanáticos que ya llenaban las gradas. Se acomodaron en sus asientos cerca del centro del campo, donde tenían una vista privilegiada para presenciar toda la acción.

El silbato del árbitro marcó el inicio del partido. El equipo de salió al campo con determinación, liderado alexia su capitana. Elena observaba con fascinación cómo Alexia manejaba el balón con habilidad y visión estratégica, distribuyendo pases precisos y organizando el juego de su equipo.

Durante los primeros minutos del partido, el equipo de Alexia dominaba con su juego rápido y coordinado. La defensa rival luchaba por contener los ataques, mientras que Alexia y sus compañeras presionaban constantemente hacia adelante en busca del primer gol.

Finalmente, después de una serie de combinaciones precisas, Alexia recibió el balón en el borde del área rival. Con un movimiento rápido y preciso, esquivó a dos defensoras y disparó a puerta. El balón se coló en la esquina superior derecha, desatando una ovación atronadora entre los fanáticos.

Elena se puso de pie junto con los demás espectadores, aplaudiendo y vitoreando el gol de su amiga. La emoción en el estadio era palpable, alimentada por la pasión de los aficionados y la brillantez del juego de Alexia.

Con el primer gol asegurado, el equipo de Alexia continuó presionando. A mitad del segundo tiempo, otro ataque rápido culminó en un segundo gol, consolidando la ventaja del equipo local. El estadio estalló en celebración mientras los jugadores se abrazaban en el campo.

Al finalizar el partido con una victoria contundente de dos goles, Alexia se acercó a Elena entre la multitud que vitoreaba. Su rostro estaba radiante de alegría y satisfacción por el desempeño del equipo.

"¡Lo logramos!", exclamó Alexia, abrazando a Elena con entusiasmo. "Gracias por estar aquí para apoyarme".

Elena devolvió el abrazo con una sonrisa. "Fue increíble verte jugar. Eres una verdadera inspiración en el campo".

En ese momento, Alexia notó algo diferente en la apariencia de Elena. Observó con sorpresa que su amiga llevaba puesta la camiseta del equipo, con el dorsal número 11 claramente visible en la espalda.

"¿Estás usando mi camiseta?", preguntó Alexia, sorprendida pero encantada.

Elena asintió con una sonrisa traviesa. "Sí, decidí apoyarte oficialmente hoy".

Alexia rió entre dientes, abrazando a Elena de nuevo. "¡Eres increíble! Gracias por llevar mi número".

Elena se separó del abrazo, mirando a Alexia con complicidad. "Sabes, mientras estuve aquí escuché a algunos de tus fans llamarte 'reina'. Parece que tienes un título adecuado por aquí", dijo con tono juguetón.

Alexia se rió, sacudiendo la cabeza con cariño. "Ah, esos chicos. Siempre tan entusiastas".

Después del partido, mientras regresaban a la ciudad, las preocupaciones sobre Marco volvieron a la mente de Elena. Sin embargo, la experiencia del partido y el vínculo compartido con Alexia habían traído un breve respiro a su preocupante situación.

En el corazón de todo el caos y las amenazas, Elena había encontrado un momento de alegría y conexión genuina. Apoyar a Alexia en su pasión por el fútbol no solo había sido una distracción bienvenida, sino también una oportunidad para fortalecer su amistad en medio de las adversidades.

Durante el trayecto de vuelta a la ciudad, Alexia condujo con habilidad, permitiendo que la brisa de la tarde acariciara sus rostros mientras hablaban sobre el partido y otros temas.

"Esa jugada de gol que hiciste en el segundo tiempo fue increíble", comentó Elena, mirando a Alexia con admiración sincera.

Alexia sonrió, agradecida por los elogios de su amiga. "Gracias. Fue un partido importante para nosotros. Estoy feliz de que estuvieras allí para verlo".

Elena asintió. "Lo disfruté mucho. Me recordó por qué el fútbol es tan especial para tantas personas".

Alexia asintió con fervor. "Sí, el fútbol tiene una forma de unir a las personas, ¿verdad? No importa de dónde vengan o quiénes sean, todos podemos compartir la emoción de un buen partido".

Elena estuvo de acuerdo. "Es una especie de magia en la forma en que el deporte puede tocar a las personas. Me hizo olvidar todas las preocupaciones y estrés por un rato".

Alexia miró a Elena con ternura. "Estoy contenta de que pudiera ofrecerte eso, Elena. Sabes, siempre eres bienvenida a los partidos. Tus ánimos significan mucho para mí".

El resto del viaje transcurrió en una conversación tranquila y amistosa. Hablaron sobre temas variados, desde música hasta planes futuros. Alexia compartió anécdotas divertidas de partidos anteriores y entrenamientos intensos, mientras que Elena habló sobre su pasión por la medicina y las experiencias desafiantes en el hospital.

A medida que la tarde se desvanecía y el sol comenzaba a ponerse en el horizonte, ambas mujeres sintieron una conexión más profunda entre ellas. A pesar de las diferencias en sus vidas y las adversidades que enfrentaban, habían encontrado en su amistad un refugio de apoyo mutuo y comprensión.

Al llegar a la ciudad, Alexia estacionó el coche frente al edificio de Elena. Ambas mujeres se miraron con una mezcla de alegría y determinación.

"Fue un día increíble", dijo Alexia, rompiendo un breve silencio. "Gracias por acompañarme y por llevar mi camiseta. Significó mucho para mí".

Elena sonrió, sintiéndose reconfortada por las palabras de su amiga. "Gracias a ti por invitarme. Necesitaba esto más de lo que imaginaba".

Alexia asintió con cariño. "Bueno, siempre habrá más partidos y más oportunidades para pasar tiempo juntas. Y recuerda, siempre estoy aquí para ti, Elena".

Elena tocó la mano de Alexia con gratitud. "Lo sé. Y eso significa mucho para mí".

Con un último abrazo y una promesa de mantenerse en contacto, Elena se despidió de Alexia y entró al edificio. Mientras subía en el ascensor hacia su apartamento, reflexionó sobre el día y la amiga especial que había encontrado en Alexia.

Por su parte, Alexia regresó a su propio apartamento con una sensación de gratitud y determinación renovada. La amistad con Elena era un regalo inesperado en medio de las demandas de su carrera y los desafíos personales. Se prometió a sí misma estar allí para Elena tanto como fuera necesario, sabiendo que juntas podrían enfrentar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.

Ecos de Amor  - Alexia Putellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora