De vuelta en Hogwarts, Draco Malfoy se encontró en una especie de limbo emocional. La transición de la Tierra Media a su propio mundo había sido brusca y desconcertante. Mientras sus compañeros lo recibían con alivio y sorpresa, Draco no podía evitar sentir que algo faltaba. Las noches en el Gran Comedor, las clases de pociones y los pasillos del castillo, aunque familiares, parecían vacíos sin la presencia de Legolas y la magia de Lothlórien.
Una semana después de su regreso, Draco decidió hacer algo para distraerse. Se dirigió a la sección restringida de la biblioteca de Hogwarts, en busca de información sobre portales y dimensiones. Aunque había regresado a su mundo, no podía sacarse de la cabeza la posibilidad de volver a ver a Legolas.
Pasó horas entre polvorientos tomos antiguos, leyendo sobre teorías de traslados interdimensionales y hechizos de alta magia. Fue entonces cuando encontró un libro que captó su atención: "Puentes entre Mundos". El título prometía justo lo que estaba buscando.
Mientras hojeaba las páginas, encontró un hechizo complejo que, si se realizaba correctamente, podría abrir un portal a otra dimensión. La clave, según el libro, era una conexión emocional fuerte entre los mundos. Draco sonrió, sabiendo que su amistad con Legolas podría ser la clave.
Esa noche, en la soledad de su habitación, Draco comenzó a practicar el hechizo. Dibujó un círculo mágico en el suelo, utilizando tiza y runas antiguas. Colocó en el centro del círculo el pequeño medallón de Lothlórien que Legolas le había dado como recuerdo, y comenzó a recitar las palabras del hechizo.
Al principio, no pasó nada. Draco sintió una oleada de frustración, pero no se dio por vencido. Continuó practicando noche tras noche, perfeccionando cada detalle del ritual. Finalmente, después de una semana de intentos fallidos, sintió una vibración en el aire. La energía en la habitación cambió, y un portal comenzó a formarse frente a él, destellando con luces doradas y plateadas.
Con el corazón latiendo con fuerza, Draco cruzó el portal, sintiendo una extraña mezcla de esperanza y nerviosismo. Al otro lado, se encontró nuevamente en la Tierra Media, en un bosque que no reconocía. La vegetación era densa y exótica, diferente a la de Lothlórien.
Antes de que pudiera orientarse, escuchó un ruido en la maleza. Draco se giró rápidamente, varita en mano, listo para cualquier cosa. Pero en lugar de un enemigo, vio a un grupo de elfos que lo observaban con curiosidad y sorpresa. Entre ellos, reconoció una figura familiar: Elrond.
"Draco Malfoy," dijo Elrond con una sonrisa. "No esperaba verte de nuevo tan pronto. ¿Qué te trae de vuelta a la Tierra Media?"
Draco respiró hondo, aliviado de ver una cara conocida. "Necesitaba ver a Legolas," respondió sinceramente. "Sentía que había asuntos sin resolver y que aún hay mucho que aprender."
Elrond asintió, comprendiendo la urgencia en la voz de Draco. "Legolas está en una misión en Fangorn, un antiguo bosque al este de aquí. Puedo guiarte hasta él."
Con la ayuda de Elrond, Draco se preparó para un nuevo viaje. Esta vez, estaba decidido a no solo encontrar a Legolas, sino también a explorar más de la Tierra Media y entender mejor su conexión con este mundo.
El viaje hacia Fangorn fue lleno de maravillas y peligros. Elrond y Draco cruzaron ríos caudalosos y praderas interminables. El paisaje cambiaba constantemente, cada vez más exótico y lleno de vida. Draco aprendió más sobre las costumbres y la historia de la Tierra Media, fascinado por las historias que Elrond compartía.
Una noche, mientras acampaban bajo el cielo estrellado, Elrond habló sobre la relación entre la magia de los elfos y la de los magos humanos. "Nuestra magia está profundamente conectada con la naturaleza y los espíritus de la Tierra," explicó Elrond. "La tuya parece más enfocada en la voluntad y el conocimiento. Pero ambas provienen de la misma fuente primordial de poder."
Draco asintió, intrigado. "Entonces, ¿es posible que nuestra magia se combine de alguna manera?"
Elrond sonrió. "Es posible. De hecho, podría ser la clave para comprender mejor tu conexión con este mundo y quizás incluso mejorar tus habilidades mágicas."
Finalmente, llegaron a los límites de Fangorn, un bosque denso y misterioso. El aire estaba cargado de una energía antigua y poderosa. Draco sintió una mezcla de emoción y aprehensión mientras se adentraban en el bosque.
No tardaron mucho en encontrar a Legolas. El elfo, junto con un grupo de entes, los antiguos guardianes del bosque, estaba investigando una serie de disturbios mágicos en la zona. Al ver a Draco, Legolas sonrió con una mezcla de sorpresa y alegría.
"Draco," dijo Legolas, abrazándolo con fuerza. "No esperaba verte tan pronto. ¿Qué te trae de vuelta?"
Draco explicó su búsqueda y sus deseos de explorar más la Tierra Media, así como su curiosidad sobre la magia y su conexión con Legolas y este mundo. Legolas lo escuchó con atención, asintiendo con comprensión.
"Me alegra que hayas vuelto," dijo Legolas. "Hay mucho que podemos aprender juntos, y muchos misterios que aún debemos resolver."
Draco se unió a Legolas y los entes en su misión, enfrentándose a los disturbios mágicos en Fangorn. La presencia de Draco y su habilidad mágica resultaron ser invaluables, y juntos lograron resolver los problemas que afectaban al bosque.
Una noche, mientras descansaban en una arboleda sagrada, Draco y Legolas tuvieron una conversación profunda sobre su amistad y lo que significaba para ambos. Draco habló de su sentimiento de vacío en Hogwarts y cómo su tiempo en la Tierra Media había cambiado su perspectiva.
Legolas, por su parte, habló sobre su propia soledad y la alegría que había encontrado en la compañía de Draco. "Nuestra amistad es única," dijo Legolas. "Y estoy agradecido por cada momento que hemos compartido."
Draco sonrió, sintiendo una calidez en su corazón. "Yo también, Legolas. Este viaje ha sido increíble, y sé que aún hay mucho más por descubrir."
Con renovada determinación, Draco y Legolas continuaron su exploración de la Tierra Media, enfrentando nuevos desafíos y descubriendo más sobre la magia y la conexión entre sus mundos. Cada día fortalecía su vínculo y los preparaba para las aventuras que aún estaban por venir.
El viaje a Fangorn no solo les permitió resolver los disturbios mágicos, sino también descubrir más sobre sí mismos y su lugar en el vasto tapiz de la Tierra Media. Y así, con cada paso, Draco y Legolas se dieron cuenta de que su amistad y sus habilidades combinadas podrían enfrentar cualquier desafío y desvelar cualquier misterio.
La aventura apenas comenzaba, y juntos, estaban listos para enfrentar lo que el destino les deparara.
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