¿Cuando me daré cuenta de que la esperanza solo es un placebo que tomás cada vez que tenés el agua hasta el cuello?.
Hay quienes la fortuna les guiña el ojo, luego estamos los otros, los engranajes minúsculos de esta maquinita de videojuegos, donde se divierten unos pocos.
No escupo mis palabras con ira o envidia, lejos de eso; hoy escribo sin impulsos de éstas sensaciones. Solo explayo mí desazón de existir, caer en este espiral donde llegado al centro no encontrás más caminó que el principio, sin luz al final del túnel.
Pero que pereza es respirar sabiendo que nada de lo que hagas cambiará tu realidad, creo que es con la madurez de los años que cómo hojas secas pasan de vos, se termina la farsa del eslogan progresista y cargado de una positividad sonsa e inexplicable, "el que quiere puede". A veces uno quiere y no puede, Yo quiero, juro por mí vida que quiero, pero no sé puede.
Reitero, algunos no somos más que pequeñas piezas en un rompecabezas interminable, si, somos esas piezas q sobran, que quedan en la caja y otras solo se pierden.
Aclaro, no avalo la quietud ni el insulto al aire mientras se quedan en su castillo de arena. Deseo la subversion, quiero cambiar de rompecabezas, de máquina, de espiral. Cometo el pecado de ser condescendiente con la vida y su ritmo, ya está, la rueda gira y gira sin importarle mí existencia, ¿pero que tal si abro mis alas y repito el ciclo en otro lado, en otra rueda?, en otra vida