Único

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Yoongi se sentía agotado, las calles se encontraban vacías, eran las diez de la noche y ya estaba pensando en irse a su casa a descansar, le quedaba poca gasolina y no creí encontrar pasajeros a esa hora

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Yoongi se sentía agotado, las calles se encontraban vacías, eran las diez de la noche y ya estaba pensando en irse a su casa a descansar, le quedaba poca gasolina y no creí encontrar pasajeros a esa hora.

Se equivocó.

Las luces de los faros del auto se reflejaron en las lentejuelas de una falda que portaba un chico, haciéndolo brillar, aquel sacaba la mano hacia la calle, esperando a que se parará frente a la acera que estaba parado.

El chico no tardó en subirse al volkswagen y dar las buenas noches, junto a la dirección a la que debía ir.

Yoongi no pudo evitar admirar por el retrovisor al rubio, no era común ver a hombres vestidos con mini falda, pero debía admitir que se veía precioso, en un momento de descuido del chico donde buscaba una mejor posición, notó el escote en su espalda que llegaba justo a su coxis, se relamió los labios al notar dos pequeños agujeros en la zona.

Cuando logró detallar mejor su rostro bajo la poca luz de la noche, se dió cuenta que su rostro reflejaba tristeza, llevaba maquillaje, pudo notarlo ya que una lágrima negra rodaba por su mejilla.

Aún y con toda la curiosidad del mundo no se atrevió a preguntar en ese momento, pero no dejo de mirarlo, sus piernas eran largas, sus muslos y pantorrillas eran gruesas, y no pasó desapercibido la ropa interior de encaje que se notaba bajo la falda, tragó en seco y regresó su mirada al camino.

Era un largo viaje, ya eran las diez con cuarenta y todo había sido silencioso hasta que una melodiosa voz le habló de nuevo.

—Me llamo Jimin.— comentó de la nada, lo vio cruzar las piernas y sacar un cigarro del bolso, no era común, estaba enrollado en un papel diferente, eran de aquellos que te hacían reír.

Yoongi lo vio buscar de nuevo en su bolso algo más mientras el cigarro esperaba en su boca. Se detuvo y rápidamente buscó su encendedor y le ofreció, Jimin se acercó y notó cómo le temblaba la mano, la llama se movía de un lado a otro y ni siquiera hacía brisa.

— ¿Por qué llora?— Yoongi al fin se había tomado el atrevimiento de preguntar.

Jimin rió irónico y respondió.

— Por un tipo… Cree que por tener dinero puede engañarme como si nada…

— No debería derrumbarse por amores, al contrario que eso lo haga más fuerte…—Jimin lo observó— Cuente con este servidor si lo que quiere es vengarse.

Jimin está vez sonrió genuinamente, y Yoongi por enésima vez en la noche, trago en seco. Era más precioso así, que verlo llorar.

—Lo ví besando y abrazando a una humilde muchacha, se ve de clase sencilla,— continúo relatando.— y se que lo es por sus fachas…

Le sonreía por el retrovisor y su postura se había vuelto más relajada, incluso algo coqueta.

Yoongi se sentía idiotizado, el espejo retrovisor se encontraba empañado y se percató de lo sudado que estaba, había vapor en el auto, la tensión era palpable en ese momento.

El taxista 𖦹 YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora