Después de horas de esquivar árboles en la densa selva, Vegas y Pete finalmente encontraron refugio en una cabaña oculta junto al río. Pete se dejó caer en una silla, exhausto pero aliviado, mientras Vegas aseguraba las entradas.
Pete se pasó las manos por su abultado vientre, sintiendo un leve dolor tras la odisea que acababan de vivir.
—¿Estás bien? —preguntó Vegas, revisando las heridas de Pete con preocupación.
—Sí, gracias a ti. No sé cómo podré agradecerte esto.
Vegas le sonrió, restándole importancia con un gesto.
Antes de poder hacer planes, un sonido de helicóptero rompió el silencio de la selva. Ambos se miraron con nerviosismo, sin saber si era un rescate o el Dr. Mile siguiéndolos.
El helicóptero negro aterrizó cerca de la cabaña. Descendió el Dr. Porsche, acompañado de su equipo médico, reconociendo a Pete de inmediato.
—¡Pete! —exclamó el doctor, corriendo hacia él para evaluar su estado.
Vegas se sorprendió gratamente al ver al médico que llegaba en su rescate. Mientras el equipo médico cuidaba de Pete, Vegas vigilaba a su alrededor para asegurarse de que no fueran seguidos.
Con el helicóptero despegando, Vegas respiró aliviado. Aunque el peligro no había desaparecido por completo, habían dado un paso crucial para proteger a Pete y al bebé que llevaba dentro.
Dos meses después, en un lugar seguro y lejos de la amenaza del Dr. Mile, las preocupaciones seguían presentes. Pete, todavía asombrado por su embarazo, enfrentaba el desafío de un posible parto prematuro.
Las noches eran difíciles para Pete. En una de esas noches, mientras las estrellas brillaban en el cielo oscuro, luchaba con sus pensamientos. A pesar del apoyo de Vegas, le costaba asimilar la realidad de su situación. Estaba embarazado, algo que desafiaba todo lo que creía saber sobre sí mismo.
Vegas, observando desde la distancia, entendía la carga emocional que Pete llevaba. Quería preguntarle cómo se sentía, pero Pete evitaba hablar del bebé. Había un muro de silencio entre ellos sobre ese tema tan delicado.
Con cada día que pasaba, el vientre de Pete crecía, recordándole la presencia del bebé. Las visitas del Dr. Porsche eran reconfortantes pero también recordatorios de los riesgos involucrados.
Una tarde, mientras contemplaban el río desde la terraza, Vegas rompió el silencio pesado.
—Pete, ¿cómo estás? —preguntó suavemente.
Pete tragó saliva, luchando por encontrar las palabras adecuadas.
—No sé cómo manejar esto, Vegas —confesó, con voz cargada de emociones. —Es todo tan confuso y nuevo para mí.
Vegas asintió comprensivamente, extendiendo una mano hacia Pete.
—Estoy aquí contigo. Juntos encontraremos la forma de superarlo —respondió con calma.
Pete finalmente se volvió hacia Vegas, encontrando consuelo en su presencia constante. Aunque el camino era incierto, Pete halló paz sabiendo que Vegas estaba a su lado.
Una mañana soleada, mientras caminaban por el sendero cerca de la casa, Pete sintió un dolor agudo en el abdomen. Se detuvo, preocupado.
—¿Qué pasa, Pete? —preguntó Vegas, lleno de preocupación.
Pete respiró profundamente, intentando controlar el dolor.
— Tranquilo, sólo son contracciones esporádicas de Braxton Hicks— Pete presión sus labios para no gritar, Dolían horrible.
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Can you Love me ? VegasPete
RomanceEn un mundo de intrigas y secretos, Pete Y Vegas se encuentran en lados opuestos de la ley, pero con un vínculo inesperado. #MPREG *EnemyLovers # VegasPete