"En el umbral de la partida, conté los latidos que me separaban de Francia, pero fue el latir de Harley el que resonó más fuerte en mi pecho.".-Aria
Aria
Comprobé nuevamente el número de mi vuelo, no sé cuántas veces lo hice, quizás más de las que pretendía. Conté los minutos y segundos que me quedaban para pasar por la puerta de embarque y poder coger el avión que me llevaría a Francia. No sabía qué me pasaba, tenía un nudo en el estómago, un nudo que era difícil de borrar. Quizás fue por el simple hecho de tener que irme del lado de mi madre, de mis amigos y... de Harley, sí, mayormente por esta última.
Era curioso, estos tres días habían sido un sinfín de salidas junto con ella. Me había dicho continuamente que pensaba disfrutar del tiempo que me quedaba aquí antes de irme a Francia y, aunque no iba a ser mucho tiempo, para ella parecía que me iba a ir una eternidad. Me había costado tener que asimilar que iba a estar un par de días lejos de ella. No comprendía qué me pasaba, pero no quería, quería que estuviera conmigo.
Quizás eso hubiera cambiado si me hubiera atrevido a decirle que se viniera conmigo. Habían sido unas simples palabras, pero me había contenido. Esto nos iba a venir bien a las dos para aclarar lo que sentíamos la una por la otra, nos ayudaría a saber si en realidad era un sentimiento puro o simplemente una confusión por el aprecio que habíamos generado la una con la otra.
Le prometí que estaría para ir a su concierto que se iba a celebrar próximamente, dentro de unos días. Ella había asentido, pero por cómo me miró, no sabía si llegaría a estar ese día. Sé que le hacía ilusión, no me lo había dicho con palabras, pero cuando le mencioné que estaría encantada de verla tocar con su grupo, se le iluminaron los ojos, haciendo que mi corazón se sintiera pleno al ver la felicidad reflejada en su rostro. Pero ese brillo se fue apagando conforme se aproximaba la despedida.
No era mucho tiempo, le había dicho, y aunque ella asentía y me decía que lo sabía y que eso no era nada, era como si una parte de ella temiese que no volviera. Iba a volver, principalmente porque aún me quedaban clases, el trabajo, mis amigos, por ella. Tenía toda mi vida aquí, y nunca me había replanteado la idea de quedarme a vivir en Francia. A pesar de que era un sitio que me gustaba, no era donde quisiera echar raíces. Mi vida estaba aquí, en Los Ángeles, y la quería demasiado como para tener que abandonarla.
ESTÁS LEYENDO
Perdona Si Te Llamo Amor-Primer Libro De La Saga: Perdona Si Me Enamoro-
RomanceAria siempre ha sido una chica risueña y alegre, capaz de encontrar el lado divertido de cualquier situación. Pero su optimismo es puesto a prueba cuando su madre decide mudarse con su nueva pareja. Ahora, Aria se enfrenta a un desafío mayor: adapta...