Capítulo 9.

572 26 1
                                    

-Hazlo mejor que intentarlo.

Me mete un solo dedo, un momento después, un segundo dedo se une al primero y estoy tan mojada, que no hay resistencia en absoluto cuando comienza a acariciarme lentamente, poniéndome a prueba, todavía no puedo creer que esto esté sucediendo.

Por lo mucho que a Aizawa parece gustarle decirme que no, ciertamente ha pasado de cero a sesenta en el espacio de una hora. ¿Qué tan lejos vamos a llegar? Quiero saber, necesito saberlo.

-¿Sabías que pasé la noche en esa fiesta?-La pregunta me pilla tan desprevenida que me tenso.

-Sí.- Su presencia bajo el techo de mis padres me había distraído. Primero porque me atrajo como una polilla a las llamas y luego porque incluso con el rechazo picando como una avispa, todavía lo deseaba. Me lamo los labios. -Me toqué pensando en ti esa noche.

Coincido con su tono bajo, nuestras palabras apenas por encima de los susurros. Aizawa mete un tercer dedo en mi coño de la misma manera que hizo los dos primeros. Despacio. Metódicamente.

-Si hubiera entrado en la habitación equivocada, me habría tocado ver lo mismo que antes.

Yo boca abajo, con el culo levantado mientras me follo con los dedos. Asiento, sin apenas atreverme a respirar. -Sí.

-En la casa de tus padres, nada menos.- El niega con la cabeza.- Si hubiera entrado y cerrado la puerta, ¿qué habrías hecho entonces, cariño?

La habitación se siente más caliente con cada segundo que pasa, miro mi cuerpo hacia donde él todavía me está follando con los dedos. No va a perseguir mi punto G como lo hizo la última vez. No, Aizawa me está acariciando como si fuera mi dueño y nos recuerda a ambos el hecho. Lento, minucioso y posesivo. Trago saliva.- Creo que sería muy parecido a esto.

-Mmm. Yo también lo creo.- Desliza su mano libre sobre mi cadera, sus dedos se sumergen debajo de la tela.- Te darías la vuelta y te subirías la camiseta para poder mostrarme este bonito coño. ¿Cómo se supone que un hombre va a rechazar una invitación así?

-Él no. Tú no.

-Debería.- Lo declara como un hecho.- No eres para mí y aceptar lo que estás ofreciendo es una mierda.- Aizawa inhala profundamente.- Solo una probada, nena. Solo una probada y eso tendrá que ser suficiente.

¿Suficiente para quién? Seguro que no va a ser suficiente para mí.

No obtengo una respuesta porque Aizawa se está deslizando hacia abajo para asentarse entre mis muslos. Me lanza una última mirada larga.

-Cállate, Kaori. Si haces demasiado ruido, tendré que parar.

-Me callaré. Lo prometo.- susurro. Mi resolución no dura hasta el primer arrastre de su lengua sobre mi coño. Un gemido se abre camino a través de mis labios apesar de mis mejores esfuerzos. Aizawa no se detiene. Sumerge una mano debajo de mi camisa para presionarla contra mi estómago, sosteniéndome en su lugar mientras explora mi coño con su boca tan a fondo como lo hizo con sus dedos. Rastreando y provocando y en ninguna parte lo suficientemente cerca como para llevarme al límite. El hecho de que mi orgasmo no parezca ser su objetivo en este momento solo lo hace más sexy. No está haciendo esto para sacarme, así que podemos apurarnos y follar. Me está saboreando, demorándose en mi gusto como lo hace alguien con un whisky caro o un postre favorito. Otro gemido se escapa, apenas me doy cuenta de que se ha quedado quieto antes deque se mueva por mi cuerpo y se coloque entre mis muslos. Aizawa clava una mano en mi cabello y tira de mi cabeza hacia un lado un poco, él arrastra su boca a lo largo de la línea desnuda de mi cuello, sus palabras son bajas y ásperas y solo para mí.

-Te dije que te callaras, Kaori.

-Lo siento.- Pero yo no, por mucho que ame su boca sobre mí, la sensación de su peso presionándome contra el colchón es mucho mejor. Ruedo mis caderas, buscando su polla, pero él me detiene fácilmente, inmovilizando mi parte inferior del cuerpo con la suya.

El amigo de mi padre (Aizawa y tú)+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora