Mía | Jeon Jungkook [ + 18]

Capitulo XLII | El mar del diablo

-¡Mini!-Me sobresalte al escuchar a Annie detrás de mi.

Después de aquel momento tan horrible en la bodega del teatro, el resto de la mañana me la he pasado dándole vueltas a ese asunto en mi cabeza, simplemente me siento ahogar.

 Y al llegar al salón de clase y ver a Annie me hizo recordar todo lo que ocurrió ayer con Jungkook. Todo esto solo me hace desconfiar de ella y no me gusta. Sin embargo, ¿Por que la profesora Cora hablo así de Jungkook? ¿Por que investigo sobre él? ¿Quién era ella en realidad?

Ahora en lo único que pensaba era en proteger con mi vida a Jungkook.

-Oye....-Annie me alcanzo.-¿Estas bien?-Trague duro.-Toda la clase estuviste muy callada, ¿Paso algo ayer? ¿Jungkook te hizo alg...

-Annie...-La interrumpí.-Jungkook no me hizo nada.-Me observo sorprendida por como le conteste.

-Esta bien.....-Musito.-Pero entonces ¿Que ocurre?

Suspire. Ahora mismo no sabia si confiar en ella, en realidad no sabia si podía confiar en alguien. Pero de algo estoy segura, así Jungkook fuera un asesino serial, yo seguiría eligiéndolo. Ya no me importa nada que no sea él.

-Yo....tengo que irme.-Dije alejándome de Annie quien frunció el ceño.

-Esta bien, pero ¿Quieres que te acompañe?

-Yo....no. No te ofendas, amiga, es solo que.....necesito un momento, me siento un poco extraña. tal vez mi período esta por llegar.

-Entiendo. Bien, te veo después.

-Si, nos vemos....-Musite y agache la mirada para alejarme de ella lentamente y dirigirme hacia el auto donde el señor Oliver ya me esperaba.

No es que este enojada con Annie, o tenga algo en contra de ella. Simplemente es mi mente que me traiciona.

Me acabo de mudar a vivir con el hombre que amo.

Esas horribles cajas azules siguen apareciendo con muñequitos sin extremidades. Y eso, eso me tiene aterrada.

Mi mejor amiga duda de mi novio.

La profesora Cora no es quien dice ser.

Y escuche una leyenda que me erizo la piel por sus similitudes conmigo.

Siento que en cualquier momento voy a colapsar.

Cuando llegue al auto el señor Oliver me abrio la puerta sin decirme nada, una vez subí cerro la puerta y rodeo el vehículo para subir él también.

-¿A casa, señorita?

Cerré los ojos y suspire.

-Podria llevarme al centro comercial, por favor.

-Como diga, señorita.

Y ahí estaba otra situación. La incomodidad que ahora sentía al estar con el señor Oliver cuando sentí que ayer habíamos progresado con nuestra amistad. Pero aun sigo acomplejada y llena de traumas, llena de vergüenza, y entre mas personas saben de mi pasado, mas sucia y pequeña me siento.

Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me di cuenta en que momento llegamos al centro comercial hasta que otro auto se estaciono junto a nosotros y las luces me cegaron levemente, el día estaba nublado, tanto que se veía casi oscuro. Me llamo la atención que el señor Oliver en ningún momento me presiono para bajar, solo se quedo ahí dándome espacio, tiempo e intimidad conmigo misma.

-Lo siento, no me di cuenta en que momento llegamos.-Me disculpe he intente abrir la puerta del auto pero tenia seguro que rápidamente quito el señor Oliver y bajo para abrirme la puerta.