Capítulo 1

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La mañana comenzó con suavidad, los rayos del sol atravesando la ventana de la casa y bañando la habitación en una cálida luz dorada. Amy, aún adormecida, abrió los ojos con lentitud, sacudiendo la sensación de malestar que había dejado su pesadilla.

- Qué pesadilla... - musitó, mientras se incorporaba en la cama.

Se levantó y se dirigió al armario, donde eligió un conjunto que reflejaba su estado de ánimo: una blusa roja vibrante con un short blanco y zapatos blancos con líneas rojas. Se miró en el espejo y sonrió satisfecha.

- Me gusta.

Bajó a la cocina, preparó un sándwich con pan y mermelada y se sentó a comer. El silencio fue interrumpido por la vibración de su celular. Revisó la pantalla y sonrió al ver el mensaje de Sally.

- Hola, ¿quieres ir al casino el viernes?

Amy respondió rápidamente.

- Claro.

De repente, una idea cruzó su mente.

- Buscaré a Sonic.

Terminó de comer, lavó el plato y salió de la casa, lista para enfrentar el día.

****

Amy buscó a Sonic por todos lados, desde los puestos de chili-dogs hasta los parques. Finalmente, se detuvo frente a un puesto de helados.

- Iré a comprar uno de chocolate.

Pagó y se sentó en una fuente cercana. Cuando estaba a punto de probar su helado, vio el rostro de Sonic con la apariencia que había visto en su sueño. Saltó del susto.

- ¿Qué fue eso?

Miró la fuente y se sorprendió al ver el agua roja. Se levantó y se alejó perpleja.

- ¿Qué le pasa a la fuente?

Un niño se acercó y lanzó una moneda. Al tocar el agua, ésta volvió a su color original. Amy se tocó la cabeza.

- Creo que ví demasiadas películas de terror.

- ¡Amy!

Reconoció la voz y sonrió.

- Hola Sonic. ¿Qué tal?

- Bien, gracias. ¿Y tú? Pareces un poco distraída.

- Sí, no te preocupes. Solo estoy teniendo un día raro.

- ¿Raro?

- Tuve un sueño muy extraño y ahora estoy imaginando cosas.

Sonic se acercó.

- ¿Qué tipo de cosas?

- Es como si fuera una película de terror. Veo cosas que no deberían estar allí.

Sonic frunció el ceño.

- ¿Te has sentido así antes?

- No, nunca. Es como si mi mente estuviera jugando trucos conmigo.

Sonic la miró fijamente.

- Tal vez deberías hablar con alguien sobre esto.

- ¿Como quién?

- Un profesional. Alguien que pueda ayudarte a entender qué está pasando.

Amy asintió.

- Tienes razón. Gracias, Sonic.

Sonic sonrió.

- De nada, Amy. Estoy aquí para ti.

Amy se sintió reconfortada.

Mi querido demonio | SonamyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora