Legoshi tenía delante a Louis. Louis tenia delante a Legoshi.
Legoshi estaba petrificado. No entendía cómo Louis pudo llegar hasta allí o cómo consiguió un arma.
-¡¿L-louis?! -fue lo único que dijo, a penas lo vio-.
Legoshi tenía un aspecto... siniestro.
¿A quien le gustaría ver a un carnívoro cubierto de sangre, en medio de varios cuerpos tirados en el suelo?
Su hocico y manos embarrados de sangre. Daba miedo. Más, porque hacía unos minutos parecía una bestia fuera de control. Libero sus instintos. Pero, al ver la figura del venado volvió en si, en cuestión de segundos.Avergonzado, intento limpiarse la cara. Limpiarse la sangre, con las manos llenas de sangre. Vaya lógica.
Louis apretaba el gatillo del arma. Nervioso.
Le había disparado a alguien. Un león que él, recordaba haber visto hacia mucho tiempo...Un silencio se apoderó del ambiente.
El efecto del vino, terminó justo cuando disparo la bala. Dejándolo en una posición desorientada. Vulnerable a hablarle con la verdad.
Lejos de sentir miedo, se impresionó de verlo así. Esa faceta... esa faceta tan imponente y amenazante, que vio hace tanto tiempo, la tenia en su delante. Con la diferencia, que en esta ocasión, brillaba en su máximo esplendor.
¿Miedo? ¿Por qué sentiría miedo si podía ver una nueva capa suya? Una de las mejores.Fue ridículo y gracioso, que intentará limpiarse la cara. Esa acción, le recordó que Legoshi, seguía siendo Legoshi, no un demente que había dejado -presumiblemente- muertos a varios leones.
La señal que Gohin, les aviso que haría, cuando era el momento de huir de la escena, resonó por todo el complejo. Cinco veces en total. Legoshi no respondió a ninguna, aun siendo consciente que debía hacerlo. Debía correr.
Pero, su mente no prestaba atención a ese detalle. Ni la voz. Que le recordaba: "¿Seguirás siendo un cobarde? ¿Dejarás que él se vaya, creyendo que eres un monstruo? ¿Quieres seguir guardándote todo? ¿Permitir que esa coneja te gane? Eres patético."
De cierto modo, la voz tenía razón. La noche anterior no durmió por pensar en lo mucho que añoraba, liberar de su encierro a todos esos sentimientos. Y ahora... seguía sin poder hacerlo.El tiempo se acortaba.
En cualquier momento, llegaría la policía o los refuerzos del mafioso. Lo sabía Legoshi."Házlo de una vez. Lo tienes al frente; ¡solo abre el hocico y dilo!" Animó la voz, que parecía consciente de todo lo guardado por el lobo. Tal vez, estaría cansado de ser un espectador, que escuchaba los pensamientos del protagonista y veía que no hacía nada. Y permitía que nada sucediera, por el temor al rechazo.
-Yo... -titubeó unos instantes, siguiendo inseguro. Pero, las ansias y el propio miedo, le dieron el valor. Era ahora o nunca. Su última oportunidad. Todo o nada-. Tengo que decirte algo.
-¿Decirme qué? -ni hablar de esa aura de seguridad, que de repente, el carnívoro desprendió; ¿qué le iba a decir?-.
Legoshi dió un paso. Queriendo comprobar si Louis se alejaría. Como no lo hizo, camino hacia él. Disminuyendo la distancia entre ambos, hasta llegar al punto, de tomar una de sus manos.
Louis mantenía una expresión indiferente. Aparentemente, ni se inmutaba por la acción tan repentina.(imaginen la imagen en contexto de lo que ocurrido)
Legoshi centro su mirada en los ojos rojos del venado. En esos ojos tan embelesantes y sinceros.
Permitió que su corazón, que latía tan acelerado, casi en menos de milésimas de segundos, liberará todo lo que guardaba. Y entonces... Habló:-Llevo tantos años callando,
ignorando y sepultando...
Soy tan cobarde, que jamás me animé,
a soltar lo que me desespera día y noche.
No se que decirte.
No se como expresarte,
lo que has provocado en mi.
Tus bellos ojos hipnotizantes me son;
la finura de tu voz,
la dulzura de tus palabras,
¡Es la propia perfección!
Podría describirte tu sonrisa,
compararla con perlas,
Mas ante mis dichosos ojos,
son sinónimos de pasión.
Dichoso soy,
Tengo la gracia de sentir tus manos,
manos frías, gélidas como tu corazón.
Pero, delicadas y cuidadas como tu honor.
Añoro poder juntar mis labios,
confesarte no solo con palabras,
¡ahogarnos en la intensidad del amor!
Aquel insípido y ardiente amor,
Que ha conquistado mi corazón.Louis, mudo, agachó la cabeza.
Con cada verso, sus ojos se abrían más. Su rostro se ruborizaba, porque comprendía el mensaje del poema. Un poema que confesaba el amor que él tanto soñaba. Ya ni podía fingir la indiferencia.
Por dentro, era un completo caos. Gritaba: "¡SI!"-Maldito seas... -murmuró. Apretó la mano del lobo y apoyó su cabeza contra su pecho-. Tú... me has vuelto loco...
Louis, levanto lentamente la cabeza.
Lamió, una vez, la nariz de Legoshi. Era su respuesta. Sonriéndole, al verlo sonrojado como él.-T-tenemos que irnos... -balbuseó Legoshi, girando la cabeza, según él, ocultando lo rojo que estaba-. No debe tardar en llegar la policía...
"Adorable." Pensó.
Jaló su mano, guiándole por los pasillos que uso para llegar hasta allí.Las sirenas de los policías, empezaron a sonar. Y ellos, huían tomados de la mano, en una noche de luna llena, que de frialdad, pasó a convertirse en una fantasía. Cumplida.