Cuando la vida nos trata mal nos quejamos demasiado con ella, decimos algo como:¿Por qué a mí?
Siempre creemos que no merecemos eso, y tal vez es cierto, no merecemos sufrir tanto, y mucho menos sufrir en silencio.
Pero así es la vida, intentar sobrevivir.
Sobrevivir a las personas.
Sobrevivir a un corazón roto.
Sobrevivir a las inseguridades.
Sobrevivir a nuestra mente.
Sobrevivir a nosotros mismos.
Porque muchísimas veces somos nosotros mismos los que más nos dañamos, más nos lastimamos.
Algunas personas se rinden de intentar sobrevivir; de vivir.
Piensan que esa tal vez sea la solución a todos sus problemas, y tal vez lo es, pero eso nunca lo sabremos.
Nunca les podría decir si esa es la mejor solución o no.
Yo tampoco se la respuesta.
A mi también me gustaría saberla.
Yo también llegué a pensar que esa sería la mejor solución.
Aún no se si esa si era la mejor solución.
Tal vez lo averigue otro día.
El punto es, que vinimos a este mundo a sufrir, esa es la única verdad.
Todos sufrimos en silencio de alguna manera.
Pero no vinimos a hablar de todas las personas que sufren en silencio.
Sino, de lo adolescentes.
Porque de alguna manera, son los que más sufren.
No porque "sean la generación cristal".
Sino porque son los que más traumas y sufrimiento han tenido.
Porque existe la maldad, todo lo malo, lo maligno.
Y de alguna manera, siempre se va contra los adolescentes a atacar, porque para ellos es la presa más fácil.
Cada adolescente sufre de depresión.
No porque sea "algo normal en ellos".
Eso jamás será normal.
Eso jamás se debe normalizar.
No deben normalizar que todos suframos en silencio.
Pero no podemos hacer nada en contra de eso.
Solo intentar sobrevivir.
Porque tal vez siempre serán.
Adolescentes en sufrimiento.