Let's make it shine!

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La vida puede dar un giro de 180° cuando menos lo esperamos. La magia de la vida es no especular mucho ni poco de ella, solo seguir avanzando y ver qué nos depara. Victoria Vega aprendió eso de una manera... Peculiar.

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Como era de costumbre en Los Angeles, las mañanas eran cálidas, la ciudad estaba activa desde el momento que el sol hacía acto de presencia en el amplio cielo, o quizás antes. Las calles estaban llenas de personas yendo de aquí y allá, algunos apresurados en llegar a su destino y otros disfrutando la hermosa vista que les brindaba el ambiente.

Entre uno de tanto edificios se encontraba una chica que acababa de levantarse. O bueno, caerse de la cama.

Tori

Ni siquiera tuve alguna oportunidad de reaccionar cuando sentí que ya me encontraba en el frío piso de mi habitación.

—Carajo...— Murmuré adolorida, frotando mi frente, la cual había impactado de lleno con el piso, por inercia tomé mi celular, cerciorándome de la hora. Por dentro estaba feliz de haberme levantado antes que la alarma sonara. Eso significaba que tenía tiempo de sobra para mi entrevista de trabajo.

Qué ingenua.

Mi cara se palideció cuando vi que eran las 9:56 AM. La entrevista era a las 9:30 AM.

Ni siquiera yo sé de donde saqué la velocidad para levantarme y correr hacia el baño como alma que se lleva el diablo. Me preparé lo más rápido que pude, dándome una ducha rápida, pero deteniéndome a pensar si debía maquillarme o no, después de meditarlo por dos minutos tomé la decisión de no hacerlo.

—¡Al diablo!— Exclamé peinándome y empezando a vestirme lo más rápido posible; tanta era mi precisión que al bajar las escaleras hacia la cocina casi caigo, de nuevo, sin embargo; esta vez sí pude reaccionar, y fui a tomar una manzana para comer en el camino.

—¿Por qué tan apurada?— Me detuvo mi hermana, Trina, quien se encontraba muy tranquila comiendo de su cereal mientras revisaba su celular.

—¡Mi entrevista de trabajo! ¿Por qué no me despertaste?— Le repliqué mientras buscaba la manzana que me comería en el camino.

—Porque no escuché tu alarma, aparte, es TU obligación despertarte temprano, ya estás grandecita, Tori.— Trina se encogió de hombros y comió una cucharada de cereal.

Yo solo dejé ir un bufido de desesperación mientras elegía la manzana que luciera más rica.

—Oh, y Beck llamó.— Volvió a hablar mi hermana con la boca llena.

—¿Eh? ¿Y por qué?— Me paré con curiosidad, dirigiendo mi vista hacia mi hermana, es extraño, mi novio normalmente me llama directamente a mí.

—Dijo que no contestaste tu celular, me pidió que te avisara que no podrá ir a la cita que tenían planeada para hoy.— Me explicó Trina, tragando su cereal en el proceso.

No mentiré, esa noticia realmente hizo que mis ánimos decayeran notablemente, tanto que hasta mi muy distraída hermana lo notó.

—Oh... Uhm, ya veo... Gracias por avisarme.— Decidí no prestarle demasiada atención al asunto y tomar camino hacia mi entrevista.

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