𝑴𝒚 𝒔𝒊𝒓𝒆𝒏 𝒃𝒐𝒚 | 𝐶𝑟𝑒𝑝𝑢𝑠𝑐𝑢𝑙𝑜

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"Pensamientos"
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Mente de Noah:

"Debería llegar a Forks en diez minutos, conduje todo el bendito día solo porque mis padres decidieron mandarme allí para terminar mis estudios, hacer amigos nuevos blah blah blah...ah y me compraron una casa! Ya sabía que a todo esto siempre hay algo bueno en las cosas malas, y aunque echaré de menos a mis antiguos amigos con suerte tendré otros nuevos..."

"Ah...creo que veo el cartel de ese pueblo, que deprimente se ve con pura nube alrededor, me encanta."

"Si no recuerdo mal las palabras de mis padres, debería de haber un pequeño río de agua salada justo atrás de mi jardín."

—Mmm...—Se frota los ojos por el cansancio.

"Me encanta ser un sireno."

Pensó

•••••

—Odio ser un sireno, maldita agua, sabe horrible.—Noah escupía el agua dulce del grifo que acababa de beber, siendo él podría beberla y tener energía gracias a ella, pero no tendría tanta comparada al agua salada.

"Debería pedirle a mi madre que por favor cambien la tubería de ese grifo...nah, seguramente se me taparía la tubería con tanta sal, ya llenaré unas botellas con sal cuando salga al río"

Noah comenzó a cargar las cajas y llevarlas hacía su "humilde" morada.

Sin embargo minutos después este comenzó a sentirse vigilado por otros ojos que no eran los de sus difuntos abuelos.

Sentía que esos ojos se acercaban más a él y que pronto esa cosa lo devoraría.

Dejó aquella caja en su porche, volvió a su coche, agarró las dos últimas con una mano y con la otra libre cerró la puerta trasera de su coche y comenzó a dar cuidadosos pasos hacía su porche pues las dos últimas cajas le tapaban la vista.

Iba bien.

Hasta que tropezó gracias a una piedra y casi se rompe la nariz si no fuesen por unos voluminosos brazos que lo atraparon por la cintura y de paso atraparon sus cajas.

—¿Estás bien?—Una cara pálida lo miró

—Si, gracias...¿Y como...?

—Soy tú vecino. —Aquel chico palido le sonrío

—Enserio?, no vi tu casa por aquí cerca.—

—Vivo un tanto lejos de tí, estaba paseando y al verte decidí ayudarte.—Le sonríe a Noah pero este se separa de el y vuelve a agarrar las dos cajas.

—Te ayudo?—

—No, ya sería mucha molestia de tu parte, gracias.—Noah vuelve a agarrar las dos cajas, sin embargo segundos después notó un peso menos sobre sus brazos.