Capítulo 3

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Sonic huía del crimen, su mente consumida por un objetivo: encontrar a Amy. Una sonrisa maquiavélica se dibujó en su rostro, deseando hacerle lo más retorcido.

- Primero la cita. - rió, su voz teñida de locura.

De repente, un misil surcó el cielo en dirección hacia él. Sonic esquivó el ataque con facilidad y, en ese instante, un robot pilotado por Eggman aterrizó frente a él.

- ¡Prepárate para... - comenzó Eggman, pero se detuvo al ver el aspecto de Sonic. - ¿Qué te pasó, rata azul? - preguntó, nervioso.

Sonic no respondió. Su sonrisa psicótica hizo que Eggman se sintiera incómodo.

- Algo anda mal... - murmuró.

Sonic alzó la mano hacia el robot, y este se elevó del suelo, suspendido en el aire. Eggman se quedó perplejo.

- ¿Pero qué...?

Con un gesto, Sonic deslizó la mano hacia la izquierda, y el robot voló en esa dirección, estrellándose contra el suelo. Eggman reaccionó rápidamente, presionando botones y disparando energías. Pero Sonic esquivó los ataques con facilidad y se abalanzó sobre el robot.

La batalla fue intensa, pero pronto el robot comenzó a fallar. Eggman se dio cuenta de que no podía ganar.

- ¡Retirada! - exclamó, haciendo que el robot volara hacia la distancia.

Sonic se rió, satisfecho.

- Genial. Ahora podré seguir buscando a Amy.

Pensó por un momento.

- O tal vez podría esperar hasta el día de la cita.

Su risa se convirtió en una carcajada maníaca.

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Amy buscaba desesperadamente a Sonic, pero no lo encontraba por ninguna parte. Su corazón latía con ansiedad.

- ¿En dónde está? - se preguntó, su voz apenas un susurro.

Aunque Sonic le había dicho que nada de lo que estaba viendo era real, Amy quería que su héroe la salvara de sus grotescas visiones, aunque él creyera que estaba loca.

- Mi querido Sonic. - susurró, su voz llena de nostalgia.

De repente, sintió un picazón insoportable en el brazo. Se rascó con fuerza y se abrió la piel. Alejó su mano y vio que algo estaba saliendo de la herida. Poco a poco, un gusano salió, retorciéndose en el aire.

- ¡¿Qué le pasa a mi piel?! - gritó, horrorizada.

Alrededor de su ojo izquierdo, salieron varios gusanos más, como si su piel estuviera infestada. Amy se sintió invadida por el pánico.

- No... esto no... - dijo, su voz temblorosa.

Sintió como si algo se moviera dentro de su cuello, acarició y sintió una picazón insoportable. Rascó compulsivamente hasta que su cuello se enrojeció.

Mi querido demonio | SonamyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora