Cap.29

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Wilhelm era un bebé adorable con una cabecita llena de suaves mechones de cabello rubio oscuro, que a menudo se despeinaban de manera encantadora. Sus grandes ojos cafés ya mostraban destellos de la curiosidad y la intensidad que más tarde definirían su mirada. Su piel era clara y sonrosada, típica de un bebé saludable. A menudo, sus padres lo vestían en diminutos trajes elegantes, reflejando su estatus real, aunque también tenía sus pijamas cómodas y acogedoras para las noches. Sus pequeñas manos y pies eran perfectos y regordetes, y su sonrisa, aunque a veces tímida, iluminaba la habitación, dejando ver un atisbo del carisma que desarrollaría con los años.

El pequeño era un encanto para todos los que lo conocían, y su risa era música para los oídos de sus padres. Siempre se mostraba curioso, explorando todo a su alrededor con una fascinación genuina. Sus balbuceos y primeras palabras llenaban la casa de alegría y prometían una inteligencia vivaz. Además, Wilhelm tenía un vínculo especial con su familia, especialmente con su madre, quien lo acunaba y cantaba canciones suaves para que se durmiera. Era evidente que, aunque apenas estaba comenzando su vida, ya irradiaba una personalidad única y entrañable que lo haría destacar en su futuro.

A menudo, se lo podía ver jugando con sus juguetes favoritos, desde pequeños animales de peluche hasta bloques de construcción que intentaba apilar con sorprendente paciencia. Su habitación estaba decorada con colores suaves y cálidos, llena de libros de cuentos ilustrados que sus padres le leían cada noche antes de dormir. Le encantaba escuchar las historias y, aunque todavía era muy pequeño para entenderlas completamente, su atención y expresión de asombro demostraban su amor por las palabras y las imágenes.

Wilhelm también tenía una conexión especial con la naturaleza. Desde muy temprano, sus padres lo llevaban a los jardines del palacio, donde él se deleitaba observando las flores, los pájaros y las mariposas. Sus risitas llenaban el aire mientras trataba de seguir el vuelo de una mariposa o extendía sus manitas para tocar los pétalos de una flor. Este amor por la naturaleza sería algo que lo acompañaría a lo largo de su vida, formando parte integral de su carácter y sus intereses.

En los días soleados, su familia organizaba pequeños picnics en los jardines, y Wilhelm disfrutaba de estos momentos al aire libre, jugando sobre la manta extendida en el césped y degustando bocados de fruta fresca que sus padres le daban. Sus mejillas se sonrojaban con el sol, y su felicidad era palpable, contagiando a todos a su alrededor.

En definitiva, Wilhelm no solo era un bebé adorable por su apariencia, sino también por la alegría y la luz que aportaba a la vida de su familia. Cada día con él era una nueva aventura llena de amor, risas y descubrimientos, cimentando los primeros pasos de lo que sería una vida llena de promesas y posibilidades.

El pequeño estaba comenzado a gatear y estaba a cuidado de su tío Isaac, el pequeño estaba tranquilamente jugando en la habitación de su tío y por supuesto que su tío lo cuidaba mas que a nadie pero en un momento en donde Jasper le pregunto algo a Isaac y este se volteo un segundo para contestarle a su esposo y al voltear de nuevo a ver en donde estaba su sobrino, el pequeño Wille ya no se encontraba, Isaac por su puesto que preocupado lo busco por todo la habitación pero por su puesto que no lo encontró, lo buco por minutos que para él se sentían como horas hasta que desde el closet escucho un suave y muy tierno estornudo y por fin encontró a su sobrino escondido y cubierto por ropa.

Flashback...

El pequeño Wilhelm estaba comenzando a gatear y estaba al cuidado de su tío Isaac. El niño jugaba tranquilamente en la habitación de su tío, rodeado de juguetes coloridos y suaves. Isaac, atento, no le quitaba la vista de encima, vigilando cada uno de sus movimientos con una sonrisa en el rostro.

—Isaac, ¿has visto mis gafas?—preguntó Jasper, el esposo de Isaac, desde la puerta del baño.

Isaac se giró por un segundo para responderle.
—yo recuerdo haberlos visto en el baño amor, justo donde las dejaste anoche.—

The song of the moonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora