La Chica del Café -One Shot Camren

La Chica del Café

Todos queremos ser amados. Todos queremos enamorarnos. Pero, ¿realmente creemos que vamos a encontrar el amor?

-Primer acto-

Es curioso, lo que el mundo realmente ama, es una historia de amor. Por eso yo las colecciono.

Vean a Lauren, ella podrá lucir como una mesera, trabajando en un pequeño restaurante de comida barata, pero deliciosa, donde cada noche un hombre sin techo se sienta fuera para pedir limosnas de los clientes que entran y salen de ahí.

Donde simplemente los colores de las paredes no hacían una buena combinación con las mesas y los bancos.

No era un lugar cinco estrellas, pero esa era su vida, atendiendo clientes y levantando pedidos.

Pero Lauren, canta como un ángel. Créanme, yo lo sé.

Un día común y corriente en el trabajo, Lauren comenzó a cantar en un tono bajo una de sus canciones favoritas, mientras servía café en una de las tazas que había ordenado el hombre de la mesa tres. Su jefe, el señor Fernando, un hombre muy amable hay que añadir, cuyo bigote se enroscaba de una manera muy cómica y llamativa, logro escucharla mientras se encontraba en la caja.

Y de pronto, una buena idea cruzo su cabeza.

Lauren ama escribir canciones, aun cuando le da pena cantarlas.

Al siguiente día, el señor Fernando llevo un particular micrófono y lo conecto con las bocinas donde raras veces escuchaban la radio o partidos de fútbol. Se lo entregó a la ojiverde con una sonrisa y ella lo miro nerviosa, aun así, asintió agradecida. Cuando estaba frente a todos, por fin pudo prestar atención los pequeños detalles que no se había detenido a apreciar.

Sobre cada pequeñas mesas estaba una lámpara colgando, eso ayudaba con la iluminación de todo el local, ya que al estar de noche era difícil que los focos alcanzan a iluminar todo el lugar. Acerco el micrófono hacia su boca, con la mirada en el suelo y una sonrisa en el rostro al iniciar aquella canción que tanto se tardó en escribir hace días.

"Me encanta la forma en la que amas a alguien, ojalá yo tuviera algo así. Quiero despertar junto a ti" suspiro. "La manera en la que abrazas con dulzura, y ella levanta su pierna en ese hermoso vestido".

Noto como una sombra cruzaba entre las ventanas, acercándose hacia la puerta del local. Cuando se encontraba a solo unos pasos, se regresó y dejo una moneda en el bote de el vagabundo, aquel hombre que siempre se encontraba ahí afuera, tapado por unas cuantas sabanas y un gran saco roto como cada noche. Fue cuando entro ella, una castaña con un largo abrigo rojo con botones negros, su cabello caía por sus hombros, llevaba una bufanda negra alrededor de su cuello que hacia juego con sus botas y jeans.

"Esta en tus ojos, no puedes mentir. Lo tienes todo y es a prueba de balas. Quiero despertar junto a ti..."

La extraña chica simplemente camino con una pequeña mochila gastada hasta sentarse a un par de mesas alejada de Lauren.

"Que me despiertes en la mañana y que seas lo último que veo antes de dormir. Dame algo que pueda conservar".

La ojiverde no despego su mirada en ningún segundo de la hermosa castaña que acababa de llegar, era extraño pues los mismos clientes suelen acudir cada día a ese restaurante, y el que una chica tan bien vestida y arreglada llegue de imprevisto roba la atención de todo el lugar.

La gente comenzó a aplaudir, excepto ella, pues la castaña estaba demasiado ocupada leyendo el menú para prestarle atención. Lauren no pudo evitar sentirse un poco desanimada de no tener la atención de la linda chica.