CAPÍTULO 7

71 5 0
                                    

-Escúchame bien Rousseau te doy otra oportunidad de estar pisando estos suelos, sin embargo debes cumplir unos cuantos requisitos.... ¿Recuerdas a Leo San Juan?.

Un gran silencio incómodo se formó en la mina donde se encontraban.

-¿Que si lo recuerdo? Todo esté maldito tiempo he estado pensando en como acabarlo cuando lo vea. El y la niña de las charamuscas los aborrezco con toda mi alma. Gracias a los amigos de Leo no pude llevar a cabo mi plan... Revivir a mi amada Denise. Dijo Rousseau con una mirada de odio y rabia en sus palabras, estremeciendo sus manos.

El charro solo lo vió por unos instantes y después habló. -Voy al grano, si tú me traes a Leo, solo a Leo a los demás hazle lo que quieras, bueno como te digo tu me traes a Leo yo te daré lo que quieras, puedo hacer cualquier cosa que se te plazca.

-¿Estas seguro? No quiero terminar engañado.

-Sereno moreno, tu tranquilo mira un apretón de manos vale más que un papel.

El charro estiró su mano en forma de sellar el trato. Rousseau no quería acceder, sin embargo pensó en los problemas que le causó el chamaco y sus amigos, al igual de revivir a su amada Denise. Terminó convencido -Esta bien, aceptaré este trato. El también estiró su mano estrechandola con la de el charro negro sellando su trato malévolo.

-Perfecto... Aunque hay algunas cosas que quiero que sepas para ganar fácil.

-¿Y cuáles son? Preguntó Rousseau.

-busca que estén separados, así será más fácil atacar, generar miedo y lo más importante...¡Ataca al corazón! Es el punto débil de todos los mortales.

-lo entiendo.

-ah, y una cosa más. Si por algún motivo no cumples con lo que pido. No querrás imaginarte el futuro que te espera, bueno solo serás mi esclavo por el resto de la eternidad.

Rousseau asintió un poco nervioso y luego preguntó: -Una pregunta ¿Que haremos con estás cosas? (Refiriéndose a Don Andrés, los alebrijes y las calaveritas de azúcar).

-Déjalos ahí, cuando tenga a Leo bajo mi poder podrás hacer lo que te plazca con ellos. Dijo el charro respondiendo a sus preguntas. El charro dió unos pasos hacia la salida de la mina -espero que lo hagas bien. Y de un abrir y cerrar de ojos desapareció misteriosamente sin dejar rastro...

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

El barco se encontraba volando en lo más alto que pudiera, tomaría 5 horas aproximadamente en llegar a Guanajuato por suerte el clima era favorable y no tendrían tantos problemas.

El castaño estaba viendo ese diario pero su hermano lo tomó de sorpresa. -¿Qué haces chisguete?

Leo volteó a verlo y respondió: pues este diario que me lo dió Rosa, la mamá de Kika. Tiene cosas que ni yo sabría explicar, hay leyendas, información de los "malos" e incluso un dibujo de yo y Xóchitl en un barco enfrentando a varias criaturas ¿Lo curioso? Este libro lo hizo el padre Tello el cual lleva 10 u 11 años de fallecido. No se de que trate esto, si es otro truco del Charro o una "profesía".
La leyenda de la fuente milagrosa, en la selva de los Tuxtlas hay una fuente tan poderosa que el charro la quiere. Xóchitl y yo originalmente fuimos a Xochimilco a rescatarte junto a Teodora pero desde que tenemos este libro me da intriga saber que tiene que ver la fuente y nosotros. Ahora tenemos que ir a Guanajuato a por los demás y no sabemos lo que nos depara.

Nando procesando todo lo que dijo Leo pronunció. - y me imagino que tenemos que ir a la fuente¿Verdad? Y si es así ¿qué hace esa fuente tan especial?

-respondiendo a tus preguntas, lo más probable y si y lo otro es que esa fuente tiene un alma muy pura de una mujer mexica, esa fuente tiene tiene el poder de cumplir TODO ya sea curar o incluso revivir con o sin cuerpo presente, sin embargo nadie la ha encontrado.

-¿Dijiste revivir? Oye, no pensarás que.... Pues, ya sabes...

-¿Saber qué Nando? Preguntó Leo

-Hay no te hagas, tal vez y este viaje lo hayas hecho que después de rescatar a todos quieras ir a la fuente milagrosa y revivir a Xóchitl. Esto último dijo murmullando.

-¿Disculpa? ¿Qué dijiste en lo último?

-nada nada.

- Dilo.

- Hay pues, tu ganas. Se acercó al oído de Leo y miró hacia ambos lados cuidando de que no hubiera "pájaros en el alambre" -¿No querrás revivir a Xóchitl verdad?

...

-no

- Está bien, un momento... ¿Por qué tardaste en responder?

...

-No lo se.

-Esta bien. Un momento, de nuevo tardaste en responder, yo sé que si quieres y descuida todavía tenemos tiempo, cuando bajemos de esta nave te ayudaré, para que veas como te quiero condenadote. Te diré cada cosa que sé y quiero que aprendas muy bien ya que ustedes dos son muy tímidos desde que se vieron de nuevo.

- entonces no vamos a tardar mucho. Dijo Leo.

-hijo de la... Nahuala y aquí uno todavía ayudándote. Aah pero afirmaste que si te gusta Xóchitl.

Leo le tapó la boca de inmediato -callate que te puede oír. O sea, ay ya se me pegó esa palabrita de Teodora, bueno si me gusta pero no le digas.

-¿Y lo de querer revivirla? Preguntó Nando

-eso no creo ni puedo hacerlo, así que me voy a resignar (dijo Leo mintiendole a Nando).

-esta bien pero de todos modos te voy a ayudar.

-ay Nando como tú quieras...

Después de una hora Leo se encontraba pilotando la nave eso sí, muy cansado tenía los ojos entrecerrados y a cada rato bostezaba -todavia faltan 4 horas, si puedo. Sin embargo cerró sus hijos tambaleandose de un lado a otro. 💭No, mejor si me voy a dormir💭 -NANDO.

El ya mencionado fue a ver qué pasaba. Mande Leo

-tengo sueño y quisiera saber si podrías ayudarme a manejar esto.

-¿Y como se maneja ests cosa?.

-pues con el timón lo meuves de izquierda a derecha, además le dices a Teodora y a Xóchitl, ellas saben mucho.

-esta bien pues. Dijo Nando

El castaño se fué caminando bajando del timón hacia el pequeño pero acojedor cuarto y se emcontró con Xóchitl.

-Hola Leo ¿A dónde vas?.

-Hola Xochi, iré a dormir un poco que estoy muy cansado.

- está bien, descansa, bueno al rato iré a acompañarte que yo también estoy cansada. Un leve sonrojo brotó en ella pero lo disomuló lo más que pudo.

-Gracias Xóchitl.

-descansa, te quiero. Dijo Xóchitl a Leo

-yo igual te quiero Xóchitl. Lo dijo apareciendo un rubor en su cara pero no lo pudo disimular, ella al notarlo solo dió una pequeña y tierna risita.
Leo apenado le devolvió la risa, abrió la puerta, entró al cuarto, cerró la puerta y se acostó en la pequeña cama cobijandose ya que hacía un poco de frío. "bueno, a lo que me truje" dijo en su mente y sin pensarlo dos veces cayó en un sueño profundo...









Continuará...

Tal vez esté un poco aburrido el capítulo pero espero y les guste :)


La Última Leyenda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora