No sé por qué nadie entiende,
pero habemos quienes nos alejamos
con la esperanza de que
alguien se de cuenta y nos busque.A menudo sucede que nadie viene
y terminamos hablando con nosotros mismos,
nos echamos porras y reímos hasta llorar
y seguimos hasta que el sueño nos traiga el olvido.Todos saben que el silencio es el grito más fuerte,
pero hasta hoy, muchos, aún no lo han escuchado.No es que huyamos de alguien
presas del miedo o pánico,
es como mirarte al espejo y no querer verte,
pero sucede porque es inevitable.Cuando nos damos cuenta,
volvemos arrepentidos
como de alguna tentación
a la que inconscientemente volvemos.