CAPÍTULO 86 ¿Otro bebé?

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Apenas pasaba del medio día, Charles ya estaba un poco más tranquilo jugando en el jardín con su hermana, estaban tirados en el pasto mirando algunos insectos, para ellos era demasiado asombroso e interesante como es que esos bichos se movían, su interés se dirigió a las hormigas, quienes iban caminando en fila, cargando pedazos de hojas, Travis estaba sentado a algunos pasos, vigilando que no se metieran en problemas, sobre todo Evie quien era muy ocurrente, y a Charles, que últimamente seguía las travesuras de su hermana, los niños tirados de panza en el césped al menos, no darían problemas unos minutos.

Kelce no pudo evitar sentirse en extremo agotado, así que, sin poder hacer algo al respecto, sus ojos se estaban cerrando, los niños no se dieron cuenta de que su padre ya se quedaba dormido, Evie lo miró momentáneamente y su cerebro se activó, se puso de pie para ir por unos de sus juguetes que conservan en esa casa, trayendo en sus manitas una cubeta y una pala, Charles miraba entretenido lo que su hermana hacía, la mayor parte de las veces es quien lideraba las travesuras, a él no le gustaba para nada ensuciarse, sin embargo, ese día creyó prudente imitar a su melliza, la pequeña rubia metió a las hormigas dentro de la cubeta, se las quería llevar adentro, estuvo a punto de hacer eso, hasta que su visión se concentró en otra cosa.

Charles miró lo que su hermana, ¿Qué era eso?, un animal se movía rápidamente en el césped.

—¡Ah! — Evie fue corriendo detrás de esa cosa, hasta que la atrapó, era una lagartija, el extraño animal que ella miraba era nuevo para la bebé, así que se la guardó en su diminuto bolsillo de la ropa.


Dentro de la casa, Taylor estaba lista para recibir a su mejor amiga, Selena iría a verla, tenían un mes sin verse, podría parecer una locura, Ross tenía un miedo inimaginable a que volaran y que algo malo pudiera pasar en el transcurso del viaje, podía entenderlo, parecía algo bastante exagerado a los ojos de la gente que no ha tenido emergencias , sin embargo, su amiga al padecer un par de cosas que hacen que un embarazo no sea "normal", era mejor tomar medidas, la rubia había ordenado comida para no dedicarse a cocinar, el viaje la mareó un poco y no tenía ganas de eso.

Un mensaje le llegó, su amiga se hallaba afuera, a punto de salir del auto, ella prefirió recibirlos primero, y ya después, les llamaría a su esposo e hijos, fue caminando a la entrada principal, abrió la puerta y se encontró a Selena, saliendo del auto del modo más lento posible, no podía creer que las dos estaban en el mismo mes de embarazo y a ella se le notaba todavía mucho más, eso le sorprendía bastante, ¿Eran dos o uno?

—Ya sé lo que estás pensando— la pelinegra caminó hacia ella.

—¿Sí? — dijo riendo. —¿Qué estoy pensando? —

—Parece que voy a parir pronto— bromeó.

—Será mejor que no digas eso— le daba miedo pensarlo. —¿Cómo estás, Sel? — la abrazó.

—Bien, ¿Cómo estás tú? — ambas se vieron sus vientres.

—Me encuentro bien— sonrió. —Hola, Ross—

—Hola, Taylor—

—Vamos dentro—


Les dio el paso, entraron contentos, la verdad es que, si tenían muchas ganas de ver a los niños, eso siempre podía darles una idea de que es lo que les esperaba en su futuro como padres, Taylor iba tras ellos, los invitó a pasar a la sala principal para que tomaran asiento, mientras ella iría por su familia que se encontraba en el jardín.

—Trav— se asomó desde la cocina.

Él se estaba quedando dormido en la silla del jardín, se supone que vigilaba a los niños, pero se sentía bastante cansado, no iba a negarlo, el hecho de ser un padre presente y, además, ser un jugador profesional de futbol, no era el asunto más fácil, debía coordinar muchas cosas para lograr encontrar un equilibrio en su vida personal y de trabajo, esa era una de las cosas que todo el tiempo le resonaba en la cabeza, el retiro.

Eres mi juego finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora