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(__) había ido con su padre a escoger tres mascotas para que custodiaran su hogar

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(__) había ido con su padre a escoger tres mascotas para que custodiaran su hogar. Al principio, no estaba muy convencida de la idea.

No era que no le gustaran los perros, sino que le aterrorizaban las mascotas pequeñas. Realmente no deseaba un cachorro diminuto.

—No deberías ponerte tan ansiosa. Iremos a un refugio; normalmente no suelen tener perros pequeños —le explicó su padre. (__) se encogió de hombros ante la aclaración.

—Sigo pensando que es mala idea —musitó.

—Es lo mejor que podemos hacer después de lo sucedido. Además, a tus hijos podrían gustarles las mascotas. ¿No has pensado en ello? —le cuestionó mientras estacionaba su vehículo frente al refugio.

—Bueno... —hizo una leve pausa—. Si soy sincera, no mucho.

Reveló con vergüenza, pues había notado que cuanto más pensaba en las cosas, más ansiosa y nerviosa se ponía respecto a los gemelos.

—Solo relájate y escoge los que más te gusten, ¿de acuerdo? —le pidió Osamu.

Bajó del vehículo para luego abrir la puerta del copiloto a su hija, ayudándola con sumo cuidado a descender de la camioneta que poseían.

Entraron al refugio, donde vieron a un joven de cabello azabache dando de comer a los perros que habían rescatado de las calles.

—Hola. Buenos días —saludó Osamu al joven.

Este dejó de hacer lo que estaba haciendo para prestarles atención.

(__) sintió cómo su cuerpo empezaba a tensarse al volver a ver a Megumi. Aún recordaba cómo aquella rana había saltado sobre su cabeza, causándole fuertes escalofríos por todo su cuerpo.

—Buenos días, señor Osamu. Mis padres no se encuentran, pero puedo atenderlos yo. ¿Qué están buscando? —les saludó con cortesía mientras miraba de reojo a la joven al lado de su padre. Ella mantenía la mirada baja mientras movía sus pies nerviosamente.

—Venimos a adoptar tres perros grandes o medianos. Trajimos los tres sacos de alimento que solicitan y la donación; no te preocupes por eso, ya hablé con tu madre al respecto de antemano —le explicó.

Megumi asintió ante la explicación. Su madre le había informado de ello antes de salir a comprar más comida para el ganado y las mascotas del refugio.

—Los llevaré donde están los perros listos para adopción —les indicó a ambos.

Los guió a otra zona del refugio donde se podían ver diversos perros.

—Intenta acercarte a ellos, (__) —le ordenó su padre, empujando levemente la espalda de su hija para que entrara al lugar que Megumi indicaba.

(__) tomó una bocanada de aire y se apresuró a hacerlo. Cuanto más rápido escogiera, más pronto estaría lejos de las ranas que Megumi solía criar, pues las había escuchado croar.

—No parecen gustarle mucho los perros —mencionó Megumi en voz baja a Osamu.

—Se puso nerviosa al escuchar croar a las ranas, posiblemente. Tiene demasiadas fobias; creo que simplemente nació en el lugar equivocado —respondió con pesar.

Después de todo, tanto Ysabet como él sabían que (__) no encajaba para nada con las personas del pueblo.

Solía despreciar la mayoría de actividades al aire libre y no le gustaba nada relacionado con la ganadería. Tampoco le agradaba la pesca o la temporada de cacería. Era un milagro que disfrutara de algunas celebraciones en el pueblo.

Megumi, al escuchar aquello, suspiró y se acercó a la joven de cabellos castaños, tomándola por el hombro.

—Si no puedes decidirte, yo podría darte unas recomendaciones. Harina, Trigo y Maíz son buenas opciones —le señaló los tres perros. Harina era de color blanco, Trigo era color café claro y Maíz de color amarillo. Los tres eran perros mestizos de tamaño mediano, justo lo que buscaban los padres de (__)—. Son bastante dóciles y protectores, así que son las mejores opciones que vas a encontrar.

—Si tú dices que son las mejores opciones, entonces nos llevaremos a Harina, Trigo y Maíz —aceptó sin pensarlo demasiado.

—Si es así, entonces podemos revisar los papeles de adopción. Te recomiendo que vayas primero al coche mientras tu padre firma; sería lo más cómodo para ti —le sugirió Megumi, recordando que había varias ranas en la oficina de su madre. Sería un gran problema si la joven se desmayaba en esos momentos.

—Ve, (__). Yo firmaré los papeles —le pidió su padre, sabiendo que sería la mejor opción para la menor.

 Yo firmaré los papeles —le pidió su padre, sabiendo que sería la mejor opción para la menor

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Bebé a bordo [JJK X Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora