Tan Solo una Mirada
Twilight sentía un nudo en el estómago. No era la primera junta a la que asistía, pero esta era diferente. Los gobernantes de los distintos reinos estarían presentes, y ella esperaba que todo saliera bien. Había practicado incansablemente para este momento. Mientras el tren avanzaba, la princesa observaba el paisaje invernal a través de la ventana, con fuertes nevadas y ventiscas que parecían danzar en el horizonte. El Imperio de Cristal se acercaba cada vez más. Cerrando el libro que tenía entre sus cascos, suspiró profundamente, intentando ordenar sus pensamientos. Hoy debía hablar con las princesas sobre la seguridad y defensa de los reinos.
Al bajar del tren, la princesa de pelaje púrpura se dirigió al castillo, no sin antes despedirse de Spike, quien se apresuró hacia la pequeña feria a los pies del castillo. La alicornio caminó con paso firme hacia la entrada, saludando a los guardias que le devolvieron el saludo con una leve reverencia. A medida que avanzaba por los majestuosos pasillos, Twilight luchaba por mantener la compostura. No podía permitirse divagar sobre aquel enigmático semental en medio de una reunión tan crucial; debía concentrarse y actuar como la princesa que era.
Suspirando nuevamente, abrió la imponente puerta frente a ella, distinguiendo a Celestia, su ex-mentora, y a Luna, la gobernante nocturna. Una cálida sonrisa se dibujó en su rostro, sintiendo el confort que siempre le proporcionaban. Se acercó a ellas y tomó asiento a su lado.
-¿Dónde están Cadance y mi hermano? No los vi al entrar al castillo -preguntó, dirigiendo su mirada a la princesa de la noche sentada a su costado.
-Shining Armor está cuidando de la pequeña Flurry y Cadance fue a buscar unos documentos que había olvidado -respondió Luna con una sonrisa, dirigiendo su atención nuevamente a los demás invitados que acababan de llegar. Conforme la sala de juntas se iba llenando, no tardaron en notar que faltaba un integrante de suma importancia.
-Creo que por el momento deberíamos comenzar sin el Rey Sombra. Tiende a ser puntual, así que supongo que algo debió haber sucedido. Ya lo pondremos al día cuando llegue -dijo Celestia, haciendo que todos dejaran de hablar entre sí, permitiendo que el silencio reinara y la junta comenzara.
-Gracias a todos por estar aquí hoy -Twilight hizo una pausa-. Es crucial que empecemos con los informes de seguridad. He recibido información preocupante sobre movimientos inusuales cerca de nuestras fronteras.
-Estoy de acuerdo, Twilight. Hemos notado actividad inusual en el norte. ¿Podría estar relacionado con antiguos aliados de Sombra? ¿Qué opinas, Luna? -preguntó Celestia, su voz reflejando la preocupación mientras dirigía su mirada a la princesa del Imperio de Cristal, consciente de lo difícil que debía ser la situación para ella.
-Es posible. Debemos estar vigilantes y quizás fortalecer nuestras defensas conjuntas. Pero, ¿qué sabemos de las intenciones actuales de Sombra? Creo que es un tema que deberíamos conversar con él una vez llegue. No está bien visto hablar de un posible sospechoso si no se encuentra presente. Además, si bien sabemos que no es el mejor de los potros, hay un tratado de paz en juego y, considerando que estuvo de acuerdo en firmarlo, no creo que tenga que ver en esto -respondió Luna, su nerviosismo evidente al encontrarse en esta situación, sintiendo una pizca de compasión hacia el pony de las sombras.
Twilight, aunque conocía la historia del Imperio de Cristal por sus estudios y su amor por los libros de historia, nunca había visto una representación precisa de aquel temible ser. Suponiendo que el pony que ocupaba la silla vacía frente a ella era el mencionado, no dudó en concordar con Luna. Era de mal gusto hablar de alguien a sus espaldas. Aunque debía admitir que le tenía algo de miedo. El solo pensar que llegaría y se sentaría frente a ella la hacía temblar. Tragó saliva con fuerza, tratando de mantener la compostura mientras sacudía la cabeza, intentando borrar la idea sombría que se había formado en su mente.
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Exchange of glances - TwiBra
RandomLa princesa Twilight, atrapada en una tediosa fiesta de máscaras, anhela algo más. Su deseo de emoción se hace realidad cuando conoce a Sombra, un potro enigmático de ojos escarlata. En el jardín, lejos del bullicio, se sienten atraídos el uno por e...