Capítulo 40; Amigos

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Evie

Una parte de mi había creído que podía tener más, más allá de las tonterías y malas decisiones que me perseguían, quizá en alguna parte de mi vida todo eso quedaría atrás, me perdonaría por todo lo malo y seguiría adelante. 

Mucha gente ha conseguido eso, estando solos o en cualquier clase de compañía, no importa si tengo que llegar arrastrándome y completamente sola, yo creo en lo más profundo de mi corazón, que puedo tener más poder. 

Poder amar sin miedo, poder terminar algo sin que mi vida se pierda en el transcurso, poder sentirme satisfecha y agradecida con todo lo que tengo, poder encontrar a alguien que me encuentre también. 

Pero por ahora soy solo yo, por supuesto que siempre acompañada de mi serie ochentera que inspiró la idea de mi teléfono fijo, es gracioso por que mi padre lo odia por todo el ruido y a mi me encanta que él se irrite como tonto, eso también es muy gracioso. 

No pude evitar sonreír pensando eso, si tan solo le pudiera contar a Max acerca de mi semana con mi padre, yo me ahogaría de la risa mientras él trata de entender el chiste. Debo admitir que esta parte es la que más ha hecho eco en su ausencia, siento que podía hablar de lo que sea con él y no me juzgaría, al contrario. 

Seguí embutiéndome con frituras mientras veía el programa, estaba casi acurrucada bajo mis sabanas, el otoño estaba iniciando pero prefiero sentir el clima en su esplendor que poner un calentador tan pronto. 

Tomé un sorbo de mi bebida antes de que un golpe en la puerta llamara mi atención, medité seriamente si valdría la pena abrir o mejor sigo cómoda, sin embargo la puerta fue tocada de nuevo seguida de un movimiento extraño. 

Fruncí el ceño antes de levantarme con pesadez, estoy dispuesta a llegar hasta las ultimas consecuencias legales con los presuntos asesinos de cantantes en Japón. Me sacudí las manos en el pantalón de mi pijama y abrí la puerta sin siquiera mirar antes, con razón las huidas eran pésimas en las películas de terror.  

-Hola Evie- me quedé casi atónita con la imagen frente a mi, aunque si debo ser sincera tal vez esperaba esta visita, de algún modo la provoqué. 

-Hola Max- respondí manteniendo mi brazo firme en el pomo de la puerta, lo examiné de arriba a abajo tratando de encontrar algo diferente, la realidad es que estudié su nuevo corte de cabello ayer en la carrera. 

-Yo... Jimmy y Sassy... Ellos te extrañan y... ¿Cómo estás?- traté con todas mis fuerzas de no burlarme de su falta de palabras, increíble, pero terrible fue mi sentimiento en cuanto noté a ambos gatitos en sus manos, fui una pésima madre al abandonarlos a su suerte con Max.

-Mis bebés... Lo siento mucho- tomé a ambos en mis brazos y los moví como a un pequeño recién nacido, parecían haber comido bien, de hecho parece que estaban comiendo demasiado. De lo que me preocupo luego de un par de semanas sin saber de ellos, mis problemas con Max no deberían afectarlos- Pasa, por favor. 

Le dije mientras caminaba hasta mi cama, dejé a ambos gatos sobre mis sabanas y empecé a darles caricias en sus suaves pancitas, se sentía increíblemente lindo. 

-¿Cómo has estado?- no es como si no me hubiera percatado de su presencia, por supuesto que lo sentí sentarse en mi cama a unos metros de mi.

-Yo bien, pero parece que tu estás mejor ¿No es así? Bonita chica y primer lugar ayer, te va genial- le dije como si fuera cualquier una conversación casual entre dos personas comunes, por un momento lo vi tragarse sus palabras y tomar una respiración antes de responder.

-No sabía que Lewis y tu fueran tan cercanos, ayer se veían muy amistosos- por supuesto que usaría esa carta, yo misma se la entregué para que la jugara.

Eternal Sunshine|MV01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora