(__) se encontraba alimentando a los tres perros que habían adoptado. Sus padres le habían encomendado aquella tarea, así como la de limpiar sus excrementos, a pesar del desagrado que le producía realizarla.
—No luces muy contenta —murmuró una voz a través del cerco del área donde se hallaba la joven.
—No, pero tengo que hacerlo. Buenos días, Nanami —saludó la menor. Dejó de alimentar a sus mascotas y abrió la cerca para permitir el paso al rubio.
Ambos se sentaron en la banca que su padre había construido para disfrutar de esa zona. Después de todo, su hogar contaba con una extensa área verde y un lago artificial. Su familia, si bien no era de las más acaudaladas del pueblo, podía permitirse diversos lujos.
—Parecen bastante tranquilos —comentó Nanami al observar cómo los tres perros ni siquiera habían ladrado al notar su presencia.
—Sí, fue una recomendación muy acertada por parte de Megumi —relató. Nanami se sorprendió por lo que había dicho la menor, pues Megumi no parecía agradarle demasiado a (__) ni mostrarse muy interesado en ser padre.
—Últimamente Satoru, Sukuna y Naoya hablan bastante sobre ti —le informó.
Al escuchar aquello, (__) se encogió de hombros. Estaba segura de que no dirían nada positivo de ella. El recuerdo del contenido de aquella caja aún le provocaba escalofríos. Se sentía culpable por las medidas que sus padres habían tenido que implementar y, a su vez, atemorizada por lo que habían hecho.
—De seguro deben estar planeando cómo deshacerse de mí —bufó levemente mientras se cruzaba de brazos.
Podía ver cómo Harina y Trigo jugaban entre sí, mientras Maíz se había quedado dormido después de comer.
—Has acertado. Andan demasiado alterados. Yo te recomendaría no salir mucho; no sabemos hasta dónde puedan llegar sus arranques de locura —le aconsejó.
—Me di cuenta hace unos días. Enviaron una clara advertencia, uno de esos tres —le relató, haciendo que Nanami la mirara confundido.
—¿Estás segura de ello? —le interrogó. Después de todo, ninguno de ellos tres había mencionado haberle hecho algo.
—Son los únicos que quieren hacerme daño. ¿Por qué debería dudarlo? Deberías decirles que no es gracioso enviar muñecos cubiertos de sangre —dijo (__) con molestia en su voz.
Aquello era demasiado retorcido y tétrico a la vez. Si no querían ser padres estaba bien, ella no los estaba obligando a hacerse responsables. No tenían por qué ser tan mezquinos con ella de esa manera.
—Yo les diré, no te preocupes. Deberías mantener la tranquilidad; ellos solo se están comportando como niños caprichosos —le aseguró con confianza.
Podía notar que (__) no se encontraba del todo bien. No parecía tan alegre como al comienzo de su embarazo. No sabía si eran las hormonas o los cambios de humor, pero estaba seguro de que ella no era así hasta que esos tres se involucraron en su vida.
—Gracias, eso espero —le agradeció con sinceridad mientras sonreía ligeramente con incomodidad.
—Me dijeron que Todo estuvo molestándote. No le tomes demasiada importancia a sus palabras —expresó su preocupación mientras le tomaba del hombro.
—No te preocupes, solo me pareció irracional su comportamiento. Es impresionante que quiera compararme con una Reina de carnaval —comentó con burla.
Nanami asintió con la cabeza. Todos conocían lo intenso que se ponía Todo respecto a Takada.
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Bebé a bordo [JJK X Lectora]
Fanfiction(__) siempre desechó las historias fantásticas y exageradas que circulaban por su pueblo como simples leyendas. Sin embargo, su escepticismo se desvanece cuando se encuentra inesperadamente embarazada en una situación tan inverosímil. Ahora, en medi...