Capítulo 4 El plan perfecto

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Para cuando la tarde menguaba, las cosas en palacio eran muy tranquilas. Después de haber tomado la comida, Jiwoo se sentó al filo de la amplia ventana de su habitación a ver el horizonte, con los ojos apesadumbrados por el cansancio; el recorrido de un reino al otro era de días caminando y en raras ocasiones los mensajeros de los reinos eran apoyados por un carruaje o medio de transporte, debido a lo secreta que era su misión. El sueño le comenzaba a vencer, cuando una extraña visión llamó su atención de inmediato; fuego, en las colinas cercanas al reino, fuego que además de arder, parecía contener un mensaje muy específico. "Aquí yace la entrada a la gran guarida de los demonios", decían las llamas, como si alguien hubiese escrito con fuego a lo largo de las colinas. Se habían tomado incluso la libertad de colocar una especie de flecha en la entrada a una de las grutas visibles de la colina principal. Jiwoo tomó sus cosas y corrió de inmediato.

... Se debe tener en cuenta, que dichos sacrificios deben ser ofrecidos sin comprometer emoción personal alguna que intervenga con la finalidad específica. La daga debe ser preparada... y el ejecutor debe firmar su lealtad absoluta...

-Espera un segundo -se interrumpió a sí mismo mientras leía. Sostenía un enorme libro negro de grabados cristalinos realizados con obsidiana. Se sujetó la barbilla por un segundo, absorto en las palabras, analizando cada signo, punto y coma del texto-. "Lealtad" -repitió nuevamente-. Eso definitivamente será difícil de conseguir. ¿No podrías completar este maleficio para mí? -se dirigió esta vez hacía la pequeña criatura que posaba sobre su hombro derecho; un extraño insecto parecido a una hormiga enorme con un estómago muy abultado y pequeños cuernos rojos que negó inmediatamente con la cabeza-. Tienes razón, Gaemi, tu tamaño podría suponerte un gran problema al momento de atacar a alguien. El insecto hacía unos pequeños chasquidos que para él eran completamente entendibles, cual si de palabras se tratara.

Si te estás preguntando cómo es él, es simple. Es un hombre de rostro afilado, facciones perfectas, cabello negro y unos ojos intensos. Viste completamente de negro, al parecer de un material parecido a la piel. Sus pies están cubiertos por unas botas negras con puntas metálicas. Su oreja izquierda está provista por tres argollas, y una más en la parte inferior de su labio, justo en el lado izquierdo.

-¿Crees que el control mental sea una opción? -preguntó una vez más a su interesante acompañante; los chasquidos se hicieron escuchar nuevamente-. Bueno, yo solamente decía. No tienes porque ser tan grosero -su amplia sonrisa curvó ligeramente sus ojos.

El sonido de un arma metálica siendo desenfundada inundó la caverna. Él salió inmediatamente de sus pensamientos y cerró el libro tranquilamente. Su sonrisa esta vez ya no era relajada, era de confianza.

-Los estaba esperando. Ya se habían tardado un poco... Pero sabía justamente lo que buscabas, sabía que el traerte con un señuelo así sería infalible. Un plan perfecto...-se giró sobre sí y quedó de frente a la daga que apuntó directamente a su cuello, empuñada por una persona de mirada azul profundo cual zafiro-. ¿Quién suculentos demonios eres? -preguntó confundido.

La aprendiz de demonio (Jungkook Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora