Capitulo 1 Vida diaria

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La música sonaba con fuerza y violencia, una canción que Zarina la joven de cabellos blancos y negros no conocía, su ojo rojo seguía al azul, analizando la habitación, notando como con cada tonada, del suelo surgían creaturas de acero, sin ojos, con grandes garras y bocas llenas de afilados colmillos.

–No debimos venir sin prepararnos–

Eiry la pequeña hada sentada en uno de los hombros de Zarina, le reclamaba a su compañera.

–No es momento para que me regañes, tenemos que salir de aquí–

Tomando a la pequeña hada con sus manos, esta empezó a brillar con el aura celeste que emanaba de Zarina convirtiendo al pequeño ser en dos pistolas y disparando aura con ellas empezó a despachar una a una las creaturas que surgían de la habitación. Pero Zarina no podía seguir el ritmo de la canción, su letra la perturbaba ¿Había sido descubierta? ¿Por qué esta canción contaba lo que había pasado hasta ahora?

–Zarina son demasiados, tenemos que salir de aquí–

Tal como decía el hada, las creaturas cada vez eran más, el ritmo con el que Zarina atacaba era más lento que el tiempo que les tomaba a estas bestias crearse, poco a poco se veía más arrinconada por ellas y cada disparo de aura era un intento por salvar su vida de un ataque salvaje que podría acabar en un solo movimiento con ella. Repentinamente, la música se detuvo y aunque esta se fue, los enemigos seguían allí, inmóviles, mirando a Zarina amenazadoramente.

–¿Se acabó?–

Preguntó el hada pensando que la batalla había terminado milagrosamente. Entonces en ese momento las creaturas se movieron abriendo paso a otra persona dentro de la habitación, un hombre con armadura morada cubriendo todo su cuerpo, su casco ocultaba su rostro, pero la joven Zarina podía sentir como los ojos del sujeto la miraban fijamente.

–¿No fue por esto por lo que viniste niña?–

La joven se sintió intimidada, temía más a la figura frente a ella que al inacabable número de creaturas que enfrentaba, poniéndose a la defensa, dio un paso hacia atrás y apunto al sujeto.

– Muy bien, entonces pongamos fin a esto de una vez–

El sujeto extendió sus brazos, haciendo aparecer en sus manos una espada de fuego y una de hielo y a la vez desplegando de su espalda unas enormes alas. Zarina trago hondo para lanzarse de frente disparando, mientras que el sujeto dio un salto hacia adelante para atacar a la joven.

Quizás esta serie de eventos sea adelantarnos mucho a nuestra historia, así que volveremos un poco atrás en el pasado. Día normal por la mañana, suena la alarma del celular con ese tono de Morioh-Cho Radio, hora de levantarse para prepararse a ir al trabajo. Draven extendió su mano izquierda para alcanzar su teléfono, apagando así la alarma, tras esto se levantó de la cama para ir al baño, una vez frente al espejo vio su cabello largo totalmente alborotado luego de la noche de sueño, la gran barriga que ostentaba años de descuido y la barba de un mes que ya pedía a gritos ser rasurada.

Draven se limpió los dientes, se dio un rápido baño, se vistió con una camiseta de Back to Future, unos jeans y zapatillas deportivas. Entonces guardo en su bolso lo que necesitaba llevar al trabajo, y preparo su desayuno, como siempre, un par de sandwich con algo de café y una vez estuvo listo tomo sus auriculares inalámbricos, los conecto a su celular y escuchando la música que guardaba en él se dirigió a la oficina. Tomó el bus que lo llevo directo al trabajo, este como era costumbre iba lleno <<Por una vez me gustaría que hubiera un asiento libre>> Pensaba mientras que seguía escuchando su música.

Finalmente, Draven llego a la oficina y mientras se dirigía a su computadora se topó con sus compañeros.

–¿Qué se dice Dravencito? –

Regreso del ExilioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora